La CIA contrató como confidente a un guerrillero salvadoreño que mató a seis norteamericanos
Funcionarios de los servicios secretos y fiscales de EE UU han llegado a la conclusión de que un comandante guerrillero de El Salvador estaba implicado en el asesinato de seis norteamericanos cuando el Gobierno le trajo a Estados Unidos en 1990 y le pagó miles de dólares para que informase sobre los rebeldes.Los investigadores de la CIA y de los departamentos de Estado, Justicia y Defensa que han trabajado sobre el caso aseguraron que no se violó ninguna ley o regulación al permitir al antiguo guerrillero Pedro Antonio Andrade establecerse en Nueva Jersey. Pero apuntaron que Andrade podría haber sido pasado deliberadamente sin el control de los funcionarios de Washington, que habían intentado impedir su entrada a causa de las pruebas existentes de que ayudó a planear en 1985 el atentado en el que fueron asesinados cuatro marines, dos hombres de negocios estadounidenses y siete salvadoreños sentados en la terraza de un restaurante en el barrio de la Zona Rosa de San Salvador.
El senador republicano de Alabama que pidió la investigación, Richard Shelby, criticó el informe como "obviamente incompleto". Dijo que seguía queriendo saber quién fue responsable de la decisión de establecer a Andrade y su familia en Estados Unidos. "El informe suscita más preocupaciones que respuestas cuando intentamos aclarar el papel de nuestro Gobierno en relación a este despreciable acto", afirmó en unas declaraciones Shelby, que se espera sea el próximo presidente del Comité de Servicios Secretos del Senado.
Andrade reconoce que fue dirigente de un comando urbano del Partido de Trabajadores Revolucionarios Centro americanos, el más pequeño de los cinco grupos que formaban el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional.
Los inspectores generales confirmaron las primeras declaraciones de funcionarios norteamericanos, que decían que la CIA finalmente pagó algo más de 42.000 dólares (unos 5,5 millones de pesetas) en mantener a Andrade durante el año en que trabajó como informante del Gobierno salvadoreño, y después establecerle junto a su mujer e hijos en Estados Unidos.
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