Un gánster remata a su víctima en una ambulancia en Washington
El pistolero volvió para rematar a su víctima y poco le importó que ésta estuviera ya en una ambulancia y camino del hospital. Como en una película de Quentin Tarantino, el pistolero abrió la puerta trasera del vehículo de socorro y roció de balas el interior. Esta vez, su víctima murió instantáneamente, y además un enfermero y la conductora de la ambulancia resultaron heridos de bala. El suceso, ocurrido en la noche del pasado lunes en Washington, ha conmocionado a los estadounidenses.
Según informó la policía, una ambulancia del departamento de bomberos recogió a un hombre de 22 años que había recibido un balazo en el pecho, pero que todavía respiraba. La agresión había ocurrido en la calle de Robinson, en el sureste de Washington, la zona más peligrosa de la ciudad, habitada mayoritariamente por negros pobres. La ambulancia partió en dirección al hospital General del distrito de Columbia, pero, tras recorrer unas seis manzanas, se detuvo en el cruce de la avenida de Alabama y Stanton Terrace para que los enfermeros pudieran instalar una sonda intravenosa al herido, cuyas constantes vitales empezaban a desfallecer.
En ese momento, la puerta trasera se abrió y un individuo preguntó: "¿Cómo está mi primo?"'. Sin esperar respuesta, el asaltante sacó una pistola del calibre 40 y comenzó a disparar a discreción. Luchando por su vida, uno de los enfermeros se abalanzó sobre el asesino y, tras una lucha calificada de "feroz" por la policía, logró arrebarle el arma. El asaltante logró huir en compañía de otro individuo que le esperaba.
No es la primera vez en Washington que un asesino vuelve a rematar a una víctima que ya está en manos de los equipos de socorro. Hace un mes, otro pistolero persiguió a su víctima hasta la habitación de un hospital del sureste de la capital y le remató, hiriendo de paso en una pierna a una enfermera.
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