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El líder serbio se convierte en el blanco de la ira popular

"Las manifestaciones son ya mucho más contra el régimen que en apoyo de la oposición", asegura el profesor de la Universidad de Belgrado Mádjan Dinkic. "El fraude en las recientes elecciones municipales ha catalizado una masa crítica de hartazgo contra Milosevic, al que la gente no ve ya como un mago del compromiso político, sino como a alguien que intenta defender a toda costa su supervivencia y sus cuentas corrientes". Dinkic, autor de un documentado best-seller sobre la rapiña de la élite dirigente serbia, describe un paisaje devastador dominado piramidalmente por unas pocas personas "que harán cualquier cosa para sostener la situación antes que acabar en la cárcel".

"Lo que suceda con la economía es decisivo. Este es un país de mercado totalmente monopolizado, con el sistema bancario en estado agónico y donde el dinero, huido durante la hiperinflación de 1993, está en cuentas en el extranjero a las órdenes de Milosevic. Éstas son las únicas reservas de divisas, junto con los 4.000 millones de marcos (340.000 millones de pesetas) que los serbios guardan bajo la almohada después de haber vendido sus joyas en el mercado negro organizado por el Estado. Con estos recursos se cuenta para financiar los 260.000 millones de pesetas del déficit comercial. Como todo el mundo tiene marcos en el bolsillo, el Gobierno intenta, a toda costa mantener la estabilidad del dinar. Pero es inevitable una próxima devaluación", vaticina el profesor Dinkic.

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El vértice de la pirámide

"Mientras tanto", agrega, se exportan por debajo de su coste materias primas para obtener algunas divisas, e importar o contrabandear cualquier cosa con enormes beneficios, como el tabaco. Todo el tinglado está controlado por 15 o 20 personas en la cúspide del poder. Como la gente lo sabe, harán cualquier cosa para mantener la situación". El vértice de la pirámide, Milosevic, lo maneja todo: sindicatos, finanzas, policía, instituciones. "Si no se pertenece al partido socialista gobernante o al grupo consorte de Miijana Markovic [esposa de Milosevic], el JUL, es imposible obtener una licencia. De hecho, la economía es ahora mucho más cerrada que cuando estaban en vigor las sanciones intenacionales". Un trabajador serbio es afortunado si gana 15.000 pesetas al mes. Zoran, periodista en Belgrado, tiene un buen sueldo de menos de 30.000 pesetas, de las que 25.000 se le van en invierno en el recibo de la luz. Sin la ayuda de su hija mayor, intérprete en una embajada europea, la familía de cinco miembros pasaría hambre. Zoran es un afortunado en comparación con los centenares de miles de trabajadores o pensionistas que no cobran desde hace meses.

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