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Habrá una tropa de 100.000 a 130.000 hombres y contratos de tres años

Defensa necesita al menos 290.000 millones anuales más para profesionalizar el Ejército

Las Fuerzas Armadas profesionales, según el modelo que se escoja, costarán anualmente entre 90.000 y 700.000 millones de pesetas más que en la actualidad al incrementarse los gastos de material y los de personal -para 1997 se han presupuestado 870.000 millones-. Así lo prevé el informe de Defensa que el ministro, Eduardo Serra, presentará hoy a la comisión Congreso-Senado encargada de establecer el calendario del cambio. El objetivo es que en el año 2003 sólo se incorporen a filas quienes lo deseen. Mientras tanto, Serra ve posible acortar la mili a seis meses en esta misma legislatura.

Un año, 1997, para la reflexión. Cinco, de, 1,998 a 2002, para la aplicación. Ese es el periodo que Defensa estima necesario para el proceso de transformación de las actuales Fuerzas Armadas, de carácter mixto, en las futuras, en las que los profesionales serán inmensa mayoría y los voluntarios quedarán reducidos a una mera expresión testimonial. Ello supone que el servicio militar obligatorio desaparezca en el 2003. El paso, de gran trascendencia política, económica y social, re quiere "prudencia" y "un gran consenso", según reiteró ayer Eduardo Serra al adelantar en conferencia de prensa las líneas definitorias del estudio de su de partamento. Por eso se ha planteado, dijo, de forma abierta y flexible. Se trata de que la comisión Congreso-Senado que se constituyó en octubre pasado para establecer el calendario del cambio y qué está integrada por 42 parla mentarios(18 del PP, 15 del PSOE, tres-de IU, tres de CiU, uno del PNV, uno de CC y otro del Grupo Mixto) pueda decidir sobre un abanico de posibilidades.

Los ejércitos disponen en la actualidad indicó Serra, de 215.000 hombres. Sin, embargo, se piensa que al comienzo del siglo XXI no serán precisos más que entre 150.000 y 180.000 gracias a la distensión causada por la desaparición de la guerra fría. Siendo mandos 50.000 de ellos -una proporción correcta, apuntó el ministro, debido a la creciente tecnificación armamentística-, la tropa y marinería tendría entre 100.000 y 130.000 efectivos. Estas dos cifras son las que se han manejado, junto al reparto porcentual del dinero entre el material y el personal, para diseñar las distintas opciones.

Si la base la compusieran 100.000 personas, el coste anual sería de 1, 16 billones de pesetas (el 1,48% del Producto Interior Bruto, PIB) en el caso de que se distribuyera al 50% entre el material y el personal, pero se elevaría hasta 1,45 billones (el 1,86%) en el de que el reparto fuese respectivamente al 60% y el 40%. Si la formaran 130.000, sería de 1,26 billones (el 1,61%) en la primera hipótesis o de 1,57 billones (el 2,01%) en la segunda.

De tales cantidades se desprende que, al incrementarse unos gastos y otros, las Fuerzas Armadas plenamente profesionales costarán cada año 290.000 millones más, como mínimo, de los 870.000 previstos para 1997; o, como máximo, 700.000 más.

Eficacia e incentivos

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No obstante, Serra recordó que el presupuesto para Defensa se encuentra congelado en estos momentos por la política austera que exige Maastricht y equivale al 1,15% del PIB, un porcentaje muy lejano del 2% aprobado por el Congreso en 1991 e incluso del 1,5% marcado por el Plan Estratégico Conjunto (PEC). Así, pues, las diferencias serían menores si hubiera crecido hasta lo acordado en su día, con lo que en algunos de los supuestos podrían costar menos los ejércitos profesionales que los mixtos. En cualquier caso, el ministro insistió en que las Fuerzas Armadas deben ser "eficaces" y que ello implica, como es obvio, unos sacrificios económicos que el Gobierno y el Parlamento han de valorar y que los ciudadanos, "esos padres que no quieren que sus hijos hagan la mili", han de aceptar en forma de impuestos. Para no llamarse a engaño, resumió, hay que estar bien equipados, tener armamento moderno, y eso vale dinero.

La reducción del servicio militar obligatorio se irá produciendo en los próximos años hasta su desaparición, en el 2003, de acuerdo con las decisiones que se adopten a la vista del informe de Defensa y de la capacidad de los ejércitos para prescindir de modo paulatino de efectivos. Pero, en definitiva, Serra consideró "posible" que "en esta misma legislatura" se pueda acortar su duración hasta "los seis meses" prometidos por el PP en su programa electoral. La incorporación, tanto de hombres como de mujeres, se realizará a través de dos modalidades. Una, por un periodo aproximado de un año, se referirá a quienes quieran hacer valer su derecho constitucional a intervenir directamente en la defensa del país, pero no deseen hacerlo de manera prolongada -se prevén 10.000 voluntarios para el supuesto de 100.000 efectivos y 6.000 para el de 130.000-

Otra, a los que, por vocación militar u otros intereses, pretendan permanecer enrolados más tiempo. Para éstos, cuya edad mínima deberá ser de 18 años y la máxima, según las estimaciones iniciales, de entre 25 y 28, se establecerán contratos de tres años, renovables, y facilidades para la promoción interna de modo que puedan llegar "hasta generales". La retribución de estos soldados, señaló Serra, será en principio un poco más baja que el salario mínimo interprofesional (64.920 pesetas mensuales ahora) y podría alcanzar una media anual de 1,7 millones y se les ofrecerán otros incentivos.

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