Amnistía critica a la ONU por la expulsión de refugiados
La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (Al) criticó ayer al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por respaldar la decisión del Gobierno tanzano de expulsar de aquí a fin de mes a centenares de miles de refugiados ruandeses. Al señala que a pesar del comunicado emitido por el Gobierno de Tanzania y el ACNUR en el sentido de que los refugiados ruandeses podían regresar con seguridad a su país, muchos de ellos siguen temiendo que se cometan abusos una vez que vuelvan a Ruanda."Los refugiados no son sólo una masa anónima de medio millón de personas que puede ser tratada de manera conjunta e idéntica; muchos de ellos podrían correr riesgos si regresan y es responsabilidad de los países en los. que han pedido asilo y del ACNUR garantizarles protección", subraya Amnistía.
La organización dice que se espera que alrededor de medio millón de personas, huidas de Ruanda en 1994, regresen a su país antes del próximo 31 de diciembre, en lo que supone "una situación sin precedentes", pues aparentemente no se han considerado medidas para garantizar el derecho a obtener asilo a quienes temen por su suerte si vuelven a Ruanda.
El comunicado del Gobierno tanzano y del ACNUR no menciona los continuos problemas de derechos humanos en Ruanda, donde más de 85.000 personas permanecen en prisión sin cargos 0 a la espera de juicio, en un país en el que el sistema de justicía, destruido por la guerra civil de 1994, se reconstruye muy lentamente.
El viernes regresaron a Ruanda desde el campo de Ngara, al este de Tanzania, 1.118 refugiados hutus ruandeses, según indicó un portavoz de ACNUR. Se espera que el retorno sea masivo tras el regreso a Ruanda desde los campos del este de Zaire de unos 700.000 refugiados ruandeses en noviembre.
Por otra parte, una veintena de cadáveres de refugiados hutus fueron encontrados Ayer, en avanzado estado de descomposición, en el campo de Katale, al norte de Goma, al este de Zaire. Un grupo de supervivientes acusó a los rebeldes banyamulenges (tutsis zaireños que controlan la zona) de la matanza, extremo rotundamente desmentido por los rebeldes.
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