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Una comisión independiente paraliza la venta de Thomsom a la coreana Daewo

Enric González

La Comisión de Privatizaciones francesa, un órgano independiente creado en 1993, ha rechazado la venta del grupo de armamento y electrónica Thomson a Lagardére (Matra-Hachette) y a la coreana Daewoo, una operación que el Gobierno de Alain Juppé había dado por hecha. Es un bofetón durísimo para el primer ministro y para el propio presidente de la República, Jacques Chirac, que habían apostado por la oferta conjunta Lagardére-Daewoo contra la inicialmente favorita de Alcatel-Alsthom.

La comisión considera inaceptable, según se supo ayer, el traspaso de alta tecnología audiovisual al grupo coreano Daewoo a cambio del precio simbólico de un franco, unos cinco duros. Tras conocer esta decisión, el ministro de Finanzas, Jean Arthuis, anunció que el proceso volverá a iniciarse desde cero en los próximos días. "Nos sentimos escandalizados", dijeron desde Seúl los dirigentes de Daewoo, el segundo conglomerado. industrial y financiero de Corea. "Renovaremos nuestra oferta", afirmó a su vez el grupo Lagardére.Juppé procuró encajar el golpe, sólo 15 días después de verse obligado a suspender otra privatización, la del grupo bancario CIC, y dejó que su ministro Arthuis, opuesto desde el principio a la opción Lagardère-Daewoo, diera la cara ante los parlamentarios, los mercados financieros y la prensa.

Juppé había ido muy lejos en su obcecación en favor de Lagardére y_Daewoo. Comenzó por romper el compromiso adquirido ante la Asamblea Nacional por el ministro de Industria, Franck Borotra, en el sentido de que el grupo Thomson no sería desgajado.

Contra lo prometido, Chirac y Juppé rechazaron la oferta de Alcatel, que garantizaba en principio la integridad de Thomson, y optaron por una doble oferta que implicaba desguace. Lagardére iba a quedarse con las actividades de defensa y Daewoo con la electrónica de consumo.

El primer ministro tampoco quiso esperar al preceptivo informe de la comisión que ayer manifestó su oposición y anunció de forma oficial el triunfo de Lagardére y Daewoo. No le arredraron ni las protestas de los empleados, que han realizado varias manifestaciones desde el anuncio de Juppé, el pasado 17 de octubre, ni las dudas expresadas por numerosos diputados y especialistas industriales.La creación de un grupo dedicado a la industria de la defensa mediante la fusión con Lagardére de Thomson-CSF (sociedad filial al 52% de Thorrison y cotizada en bolsa) parecía razonable. Pero lo de entregar Thomson Multimedia, filial al 100% de Thomson, a una sociedad coreana de tamaño mucho menor y menos desarrollada tecnológicamente, por la suma simbólica de un franco y sin compromisos concretos de inversión resultaba difícil de justificar.

Juppé proclamó ante las cámaras de televisión que Thomson no valía "nada" y que, por tanto, el precio de un franco estaba muy bien. La Comisión de Privatizacioes decidió el lunes, y anunció ayer, que, por el contrario, la opción de Daewoo no está nada bien.

La comisión, un órgano independiente con ocho miembros creado en 1993, no hizo explícitas sus objeciones en el comunicado. Se limitó a declararse "incapaz de emitir una opinión favorable a la oferta presentada por el grupo Lagardère, habida cuenta de la forma de la compra de Thomson Multimedia por Daewoo".

Thomson ha costado unos 700.000 millones de pesetas al erario público desde su nacionalización, en 1981. Aunque mantiene un endeudamiento global cercano a los 400.000 millones, la cuota de mercado de Thomson Multimedia en Estados Unidos es superior al 20%, mientras Daewoo ronda el 2%. Su ventaja tecnológica es evidente en terrenos como la televisión digital y los decodificadores. Estos son los argumentos que no aconsejan, a juicio de la Comisión de Privatizaciones, su entrega a Daewoo, ajena a la Unión Europea.

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