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FÍSICA

Ciencia con el Tercer Mundo

Abdus Salam estaba en Londres cuando, en un mediodía de otoño de 1979, sonó el teléfono. La llamada era desde Estocolmo. Salam, hijo devotamente religioso de un maestro de una aldea de Punjab, había ganado el Premio Nobel de Física. Su primera reacción, según su biógrafo, el escritor indio Jagjit Singh, fue dirigirse hasta la mezquita local para orar.La alegría de Salam alcanzó casi el éxtasis cuando se enteró de que había sido propuesto para el Nobel porPaul Dirac, uno de los físicos más importantes de este siglo, que además era ateo.

Lo siguiente que hizo Salam fue utilizar su nueva fama para multiplicar por cuatro los fondos destinados al Centro Internacional para la Física Teórica (ICTP), una institución fundada por él en 1964, con el apoyo de gobierno italiano, la ONU y la OIEA, en el que científicos del Tercer Mundo intercambiarían ideas con sus compañeros de los países desarrollados.

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Las pasiones de Abdus Salam

El centro, situado en Trieste, ha tenido un éxito notable: en décadas han estado allí más de 60.000 físicos de 150 países que han realizado más de 5.000 trabajos para publicaciones internacionales. En 1989, Salam fundó la Academia de las Ciencias del Tercer Mundo.

A Salam le apasionaba su Pakistán natal, aunque allí ha sido criticado por su complicada actividad como asesor científico presidencial hasta 1974. Y nunca cesará la polémica sobre su fe religiosa ahmadiyya, considerada una herejía por el islam ortodoxo y perseguida.

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