Los orígenes del universo

Tanto el señor Francisco Pérez Antón como el señor César de la Prida dan como cierto que la Iglesia católica hasta hace muy pocos años siempre ha tenido como dogma de fe la literalidad de los primeros capítulos del Génesis (EL PAÍS, 11 de noviembre). Creo que se llevarán una gran sorpresa al enterarse de que Orígenes, uno dePasa a la página siguiente

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los primeros y más grandes teólogos católicos, afirmó, hace la friolera de unos 1.700 años, que esos primeros capítulos eran una especie de parábola y que no se debían tomar al pie de la letra. Y san Agustín se siente tan libre que cree que la Creación no fue hecha en siete días, sino que todo fue creado a la vez en un mismo instante. Y santo Tomás de Aquino, 500 años antes de Darwin y, de los primeros cálculos científicos sobre la edad del universo y del hombre, resume diciendo que la Biblia nos enseña que Dios creó el mundo, pero no cómo lo creó ni el tiempo que empeñó en ello. Es una cosa muy fácil hacer decir al adversario lo que no dice y entonces arremeter contra él. Antes de criticar a la Iglesia hay que saber bien lo que enseña. Esos dos señores deberían estudiar cualquier comentario católico al Génesis-