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Los camioneros franceses ponen fin a 12 días de huelga sin cerrar del todo las diferencias

Enric González

Se acabó. La huelga de los camioneros franceses terminó ayer, tras 12 días de bloqueo de carreteras que pusieron a Francia contra las cuerdas y causaron enormes perjuicios, aún no cuantificados, a empresas de toda Europa. Los camioneros cantaron victoria con la firma de cinco acuerdos sobre aumento, de salarios, jubilación a los 55 o 57 años, prohibición de circular los domingos para todo tipo de camiones, percepción de salarios durante la enfermedad y respeto de los derechos sindicales. Quedó por resolver, sin embargo, la cuestión crucial de las horas de trabajo: sindicatos y empresarios se comprometen a alcanzar antes del 15 de diciembre un compromiso que el Gobierno plasmará en un decreto.

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La alegría de los sindicatos fue, al principio, muy contenida. "Entre una gran nada y muy poco, hemos optado por muy poco", declaró Roger Poletti, negociador de Fuerza Obrera, poco después de firmar los cinco protocolos. El mediador gubernamental, Robert Cross, calificó de "satisfactorios" los acuerdos. Un dirigente patronal se dijo a su vez "feliz" por el desenlace del durísimo conflicto, aunque no ocultó su preocupación por las consecuencias que la victoria de los camioneros podría tener sobre la salud económica de las empresas. Lo mismo apuntó el primer ministro, Alain Juppé: "La mayoría de las reivindicaciones de los camioneros eran justas, pero las empresas son frágiles", declaró.El derecho a la jubilación a los 55 años, o a los 57 si el trabajador ha cotizado menos de 25 años, la percepción del salario base íntegro durante las enfermedades, y el respeto a los derechos sindicales establecidos en la ley general, ya habían sido pactados en jornadas anteriores. Para ayer, último tramo de una negociación maratoniana, quedaban los dos asuntos más peliagudos: los salarios y las horas de trabajo.

Discrepancia salarial

Las cuestiones de las retribuciones y de los salarios estaban entrelazadas. No se conseguía alcanzar una posición común sobre qué debía considerarse hora de trabajo (los sindicatos reclamaban que el tiempo de espera en operaciones de carga y descarga o atascos de tráfico fuera contabilizado como jornada regular, cosa a la que se negaban los empresarios) y, sin saber con exactitud cuál era la jornada laboral y cómo debía pagarse, no se podía hablar de aumento salarial.

El nudo gordiano se cortó por la vía de los salarios. Para no discutir sobre porcentajes absolutamente dispares según el bando, se optó por conceder una prima de 3.000 francos (75.000 pesetas) brutos a todos los trabajadores del sector. Esa prima podrá pagarse en hasta tres plazos, nunca más tarde del 31 de marzo próximo, y se integrará en la masa salarial de 1997 para que se aplique sobre ella el aumento del 2% que ya estaba previsto.

En cuanto a qué debe considerarse hora de trabajo, sindicatos y patronos decidieron darse un tiempo, hasta el 15 de diciembre, para ponerse de acuerdo. Las posturas ya estaban ayer, sin embargo, muy próximas en torno a la exigencia de los trabajadores: debe considerarse jornada laboral todo el tiempo en que se está "a disposición de la empresa y sin poder desarrollar ninguna otra actividad", aunque en ese momento no se esté a bordo del camión. Cuando empleados y empleadores logren una posición común, el gobierno plasmará el acuerdo en un decreto.

La frialdad del acto de Firmas en el Ministerio de Transporte dio paso, poco a poco, a una explosión de júbilo y emoción en las carreteras. "Hemos conseguido el 85% de lo que exigíamos", proclamó la CFDT, sindicato mayoritario en el sector. Entre abrazos y lágrimas, los camioneros empezaron a despedirse de sus compañeros de aventura: otros huelguistas y conductores extranjeros retenidos por la fuerza. El deshielo de los bloqueos permitió que se reanudara el tráfico en todas las autopistas, y hoy se publicará una orden ministerial que autorizará excepcionalmente a circular en domingo a los camiones de mayor tonelaje: el objetivo es que puedan volver a casa o llegar a su destino y, sobre todo, que las gasolineras sean surtidas de combustible lo antes posible.

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