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La juez investiga unos pelos hallados en el coche de un acusado de secuestro

La juez Teresa Chacón ha ordenado que se investigue si unos pelos hallados en el vehículo particular de Francisco Javier Cervigón pertenecen a José Luis Zaragoza, el químico jubilado de Algete cuyo paradero se ignora desde el 6 de octubre de 1995.Cervigón, ex novio de la hija de Zaragoza, se halla encarcelado bajo la acusación de haber secuestrado al químico y pedir un rescate de 90 millones de pesetas por su liberación. La juez Chacón ha ordenado ahora que se remitan al Instituto Nacional de Toxicologia unos pelos encontrados por la policía en el vehículo del sospechoso para determinar si pertenecen a José Luis Zaragoza, de 65 años.

Asimismo, Chacón ha citado para hoy en su juzgado, el núme ro 39 de Madrid, a los 13 agentes del Cuerpo Nacional de Policía que investigan el caso. La policía sospecha que el químico puede estar muerto, dado el tiempo transcurrido desde su desaparición sin que hayan aparecido pistas sobre su paradero, según fuentes jurídicas.

Cervigón, único encarcelado por estos hechos, ha negado su intervención en la desaparición de Zaragoza, de la que se cumplen ya 13 meses. Cervigón ha declarado a la juez que detrás del secuestro del químico se halla una banda mafiosa y que su papel en este asunto se limitó a la intermediación entre la familia Zaragoza y la "banda de mafiosos" que, según él, le secuestraron. Según Cervigón, su ex novia María Luisa siempre estuvo al corriente de sus gestiones. María Luisa, a través de su abogado, Hermenegildo Pérez Bolaños (conocido también por ser el abogado de Susana Ruiz), ha negado tales imputaciones.

Punto muerto

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En este momento, según fuentes jurídicas, la investigación está en punto muerto, ya que Cervigón, único procesado por la juez, mantiene desde la cárcel su inocencia y también persiste en inculpar a su ex novia en el secuestro. La juez Chacón detalla los indicios que le han llevado a mantener en prisión sin fianza a Cervigón como único autor de la desaparición del químico. Antes incluso de que la policía sospechase de él, Cervigón habló con el encargado de la cafetería del colegio mayor Nuestra Señora de Guadalupe, donde se alojaba esporádicamente, y le dijo: "Si te preguntan [la policía] algo sobre mi, di que el día 6 de octubre [fecha en que desapareció Zaragoza], a las diez y media de la mañana, estuve aquí, en tu local". Era una coartada falsa, según ha reconocido el responsable del local. Otro indicio: la policía efectuó un registro en la vivienda de Cervigón en Madrid y halló un hacha de hoja plateada, con restos de color rojo, y seis sierras de color azul". Además, intentó cobrar "un rescate por la desaparición" de Zaragoza, alegando que actuaba "como intermediario". Y, para acreditar que seguía vivo, utilizó una fotografía trucada "en la que se veía a Zaragoza junto a un ejemplar del Financial Times".

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