Castro también se enfrentó con el Ejecutivo socialista

La crispación de Fidel Castro hacia las actitudes adoptadas por España respecto a Cuba no es precisamente nueva. En diciembre de 1986, por ejemplo, tachó de "fascistoide y reaccionario" al entonces presidente del Congreso de los Diputados, el socialista Félix Pons, que excluyó a Cuba de la conferencia de presidentes de Parlamentos latinoamericanos que se celebró en Madrid.El ministro de Asuntos Exteriores, -Francisco Fernández Ordóñez, se apresuró entonces a convocar en su despacho del palacio de Santa Cruz al embajador de Cuba en Madrid para manifestarle el profundo desagrado del Ejecutivo ante las manifestaciones vertidas por Castro.

Las cosas empeoraron de manera notable cuatro años después. El 26 de julio de 1990, con ocasión de la llamada crisis de las embajadas, cuando en la española en La Habana se refugiaron numerosos disidentes cubanos, Castro aprovechó el discurso conmemorativo del 37º aniversario del asalto al cuartel Moncada y, ante miles de ciudadanos cubanos, tachó al Gobierno, todavía socialista y presidido por Felipe González, de "cómplice del imperialismo yanqui".

En el tono enardecido que le caracteriza, Castro dijo a propósito de España: "Primero nos entregaron al imperio yanqui" y cien años después de que les echaran de Cuba "se hacen cómplices de Estados Unidos en las agresiones imperialistas contra nuestro país".