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La Virgen bendiga el fantasma del socialista

Una imagen mariana señala la entrada al monumento a Pablo Iglesias destruido en la guerra civil

El Parque del Oeste filtra el atardecer rosa de Madrid en pera de que lleguen sus pobladores nocturnos. Junto al paseo de Camoens, unos chiquillos juegan al baloncesto ajenos al contenido histórico del suelo que pisan. Justo donde exponen su crisma en un tobogán, se mantuvo durante unos pocos y durísimos años de este febril siglo un monumento a Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español.A pocos pasos del recinto infantil, comienza a tomar forma el pedestal sobre el que se alzará una estatua a la Virgen de nueve metros de alto: la misma que el Ayuntamiento rechazó instalar en el parque del Retiro -donde contrarrestaría la presencia de la estatua del Angel Caído, según reconoció la asociación católica promotora, Invocación Nacional a la Santísima Virgen- y que causó polémica porque supuestamente constituía un plagio de una obra de otro escultor. La estatua -que costará unos 50 millones de pesetas, sufragados por suscripción popular- había sido diseñada por la escultora Prudencia Sanz basándose en otra anterior de José Luis Vasallo.

Juan Sánchez del Corral, uno de los promotores del monumento a la Virgen explica que en principio pensaron en instalarlo en la misma zona deportiva, más cercana a la calzada, pero el Ayuntamiento les indicó un terreno unos metros más abajo hacia la Escuela Nacional de Cerámica. "No queremos que nadie se pueda sentir molestado", se apresura a declarar Sánchez del Corral, quien dice desconocer que la Virgen será vecina del fantasma del monumento a Pablo Iglesias.

El pasado jueves se cumplieron 60 años de la muerte del escultor del monumento a Iglesias, Emiliano Barral, en el frente de Madrid. Perpetuó su memoria Antonio Machado en doloridos versos de guerra: "Era tan gran escultor que hasta su muerte nos dejó esculpida en un gesto inmortal". Se había aventurado demasiado en una incursión a la primera línea de fuego y su cabeza recibió el impacto de un obús, según recoge Antonio Linage en un artículo publicado en la revista Historia y Vida.

Unos meses antes, en mayo de 1936, se había inaugurado el porche rectangular que cobijaba los frescos del pintor Luis Quintanilla, que representaban la vida y obra del ferrolano padre del partido socialista.

El arquitecto Esteban de la Mora diseñó un rectángulo delimitado por arcos porticados que arropaban dos láminas de agua, un grupo escultórico Trabajadores en marcha y la cabeza de un metro de alto en granito de Pablo Iglesias sobre un plinto del mismo material de otros dos metros.

Además de la intención conmemorativa del político socialista, fallecido en el año 1925, el monumento serviría, según sus autores, como "sitio de descanso y cobijo de sol y lluvia, ante la extraordinaria belleza de ese paisaje".

El monumento fue costeado por el Ayuntamiento de Madrid -se convocó un concurso y se dotó un presupuesto de 300.000 pesetas- Los artistas trabajaron gratis, según informó la prensa de la época. Pero la bellísima vista de las sierras de Guadarrama y Gredos se vio pronto mancillada por las armas, y la Casa de Campo se convirtió en frente de guerra.

Durante la contienda es muy posible que el monumento sufriera daños (no se encuentran documentados) pero de algún modo aguantó hasta que en 1959 el Ayuntamiento lo derribó y dedicó la piedra al cierre del parque del Retiro en la avenida de Menéndez Pelayo. Todos esos datos se conocen gracias a un trabajo inédito del ex concejal socialista Enrique Moral Sandoval.

Éste despotrica contra la autorización del monumento a la Virgen en el Parque del Oeste porque considera que el Ayuntamiento no debe apoyar conmemoraciones confesionales, pero le consuela el hecho de que en esa zona verde abundan, según él, estatuas de famosos masones (Ostos, Sanmartín, Bolívar). El único pariente de Barral que vive en España, su sobrino Angel López Barral -el hijo del escultor vive en Cuba-, considera "una coincidencia sin ánimo ofensivo, pero que puede molestar" la vecindad de la estatua de la Virgen.

Del monumento sólo se conserva la cabeza de Iglesias, gracias a la arriesgada acción de un grupo de trabajadores municipales dirigidos por José Pradal, hermano de Gabriel, arquitecto y entonces diputado socialista. Con evidente riesgo, y considerable esfuerzo, esos hombres enterraron la piedra en el parque del Retiro a más de dos metros de profundidad. Luego, en la mejor tradición de las novelas de filibusteros, levantaron un plano para localizar el tesoro cuando volvieran mejores tiempos.

Se envió el mapa a Gabriel Pradal a su exilio en Toulousse (Francia), y su hija lo conservó a su muerte y lo entregó a la dirección del PSOE una vez restaurada la democracia en España. Recuperada la cabeza de piedra en el año 1979, fue cedida por el entonces alcalde, Luis María Huete, al PSOE que la instaló en su sede de la calle de Ferraz.

Pero no todas las huellas del escultor sepulvedano Barral han desaparecido para siempre de Madrid. En el cementerio civil se conserva el mausoleo de Pablo Iglesias y, el pasado abril, Leganés recuperó una Maternidad perdida.

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