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Simpson declara bajo juramento que su esposa le pegaba

Un jurado compuesto mayoritariamente por ciudadanos blancos de la localidad californiana de Santa Mónica comenzó ayer a escuchar la versión de O.J. Simpson sobre sus movimientos en la noche del 12 de junio de 1994, en la que fueron mortalmente apuñalados su ex esposa, Nicole Brown Simpson, y un amigo de ella llamado Ronald Goldman. En respuesta a una pregunta sobre si solía maltratar a Nicole durante su matrimonio, Simpson declaró que no, que tan sólo la empujó una vez hacia la puerta de salida del dormitorio conyugal. Fue, dijo, un gesto "equivocado" de autodefensa. Aseguró que, en cambio, ella le pegó a él "numerosas veces".Cuando le fue mostrada una foto de Nicole con el rostro cubierto de heridas, la que fue gran estrella negra del fútbol norteamericano declaró que no recordaba habérselas causado. Simpson, que seguirá prestando testimonio bajo juramento los próximos días, deberá explicar cómo se hizo un corte en la mano en la noche del crimen; qué le parece el hecho de que unos guantes y unos zapatos de su propiedad coincidan con las huellas de los usados por el asesino de Nicole y Goldman, y sobre todo, qué hizo entre las 9 y las 10.55 horas de aquella noche. Es un período para el que no tiene ningún testigo de su versión de que estuvo practicando golf en el jardín de su residencia en los alrededores de Los Angeles, y durante el cuál se produjo el doble asesinato en la no muy lejana casa de Nicole.

"Y, además, creo que O.J. Simpson es culpable", dice en un momento dado el conductor judío del autobús cargado de negros de Get on the bus, la última película de Spike Lee. Esa frase lo dice todo, es una de las manifestaciones de identidad de los norteamericanos de este fin de siglo. La creencia en la culpabilidad o inocencia de Simpson es una de las nuevas fracturas simbólicas que dividen a los negros y los blancos. Nicole era blanca; Simpson es negro. Así que el deportista fue acogido ayer tanto por gritos de "¡Asesino, asesino!" como por aplausos entusiastas cuando entró en el tribunal.

Paradojas judiciales

Una paradoja del sistema judicial norteamericano permite que Simpson, declarado para siempre jamás inocente del asesinato de Nicole y Goldman, pueda ser todavía considerado "responsable" de las dos muertes. En octubre de 1995, un jurado compuesto mayoritariamente por ciudadanos negros le absolvió tras ocho meses de un juicio seguido por el procedimiento criminal. La defensa de Simpson logró presentar el caso como una conspiración racista de la policía.

La nueva vista que, desde el pasado octubre, se celebra en Santa Mónica sigue el procedimiento de responsabilidad civil. Los familiares de Nicole y Goldman, que reclaman a Simpson una indemnización económica, intentan demostrar que es "responsable" de sus muertes.

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