Víctimas de la guerra del pan

La llamada guerra del pan, además de la posible incidencia en la calidad del mismo, ha tirado por los suelos las condiciones de trabajo de los panaderos: altas más que tardías en la SS; contratos, ídem; jornada, 10-12 horas diarias (sin horas extras, por supuesto); un solo día de descanso a la semana (si no hay bajas ni vacaciones, pues si las hay ya yo pueden descansar); categorías profesionales, se han perdido; pluses por festivos, por nocturnidad, etcétera, quedaron en el olvido hace muchos años; los sueldos antiguos, congelados y los nuevos, vergonzosos. Y así, una larga lista de despropósitos. El convenio de panadería, ¿quién lo hace cumplir?, ¿quién vela por estos trabajadores, profesionales de un oficio que se va perdiendo y donde ya no se les valora, porque lo que menos importa es la calidad, el buen hacer? Los empresarios siguen metidos en la guerra de competencia que empezaron hace unos años y, además de perder la vergüenza, dudo que hayan perdido mucho más, porque sus menores cifras de ventas las compensan con estas miserables condiciones que "ofrecen" y a las que parece nadie puede poner freno.Resultado: aquí los grandes perdedores, de los que nadie habla, son los trabajadores de este gremio, cuyas condiciones de trabajo parecen de otra época remota. Por favor: vigilen, inspeccionen, multen, lo que sea necesario para que estos empresarios sin conciencia y sin escrúpulos, que campan a sus anchas, se den cuenta de que los demás son personas como ellos y con una dignidad perdida de tanto pisarla.-