El Supremo italiano dicta la primera condena firme contra Craxi
Bettino Craxi es ya, con pleno título, un prófugo de la justicia. El Tribunal Supremo italiano dictó ayer una sentencia que confirma la pena de cinco años y seis meses de cárcel impuesta en apelación al ex primer ministro y ex líder socialista por los delitos de corrupción e infracción de la ley de financiación de los partidos, debido a las comisiones ilegales proyectadas en el contexto de un contrato de seguros para los empleados de una empresa pública.
Agotados los recursos, Craxi tendría que entrar en la cárcel si Túnez concede la extradición pedida por Italia. Craxi, que ha recurrido contra otras tres condenas por un total de 20 años y que aún tiene causas abiertas en primera instancia, había tratado hasta la semana pasada de que le fuera autorizado el regreso a Italia, sin riesgo de ser detenido, para poderse curar una diabetes crónica.Por instancia de sus abogados, los magistrados de Milán examinaron documentos médicos demostrativos de que la diabetes le ha provocado graves secuelas. Pero los jueces estimaron que la enfermedad, aún siendo grave, podía ser curada en Túnez, y denegaron su petición.
La fiscalía de Milán mantiene cuatro órdenes de prisión preventiva contra Craxi. Ahora esa cuestión queda en segundo plano, detrás de la primera condena definitiva, que, entre otras consecuencias, deja al ex presidente del disuelto Partido Socialista Italiano (PSI) al margen de las medidas que puedan adoptarse en el futuro para resolver los numerosos procesos pendientes derivados de la investigación Manos Limpias.
El ministro de Justicia, Giovanni Maria Flick, dijo recientemente que, antes de que termine el año, se presentará un proyecto de ley por el cual quien confiese haber cobrado o pagado comisiones ilegales, será condenado a penas pecuniarias y de inhabilitación, pero no de cárcel.
Giannino Guiso, uno de los abogados defensores de Craxi, afirmó anoche que "la decisión del Supremo es desconcertante, porque demuestra que en Italia no hay ya ni procesos justos ni una justicia justa. La libertad del ciudadano depende de situaciones incontrolables que no tienen nada que ver con el derecho". El propio condenado se abstuvo de hacer declaraciones. "Está en su habitación y reposa", respondió desde la ciudad de Hammamet (Túnez) un colaborador a la agencia de noticias Ansa.
Estaba programado que Craxi interviniera anoche en directo en un debate de la primera cadena de la televisión estatal italiana, pero la transmisión, criticada por diputados de la izquierda y la derecha, fue suspendida.
Personajes conocidos
La sentencia del Supremo condena a otras ocho personas a penas de entre dos y cuatro años de cárcel. Algunas de ellas son muy conocidas. Está Severino Citaristi, ex secretario administrativo de la Democracia Cristiana, sentenciado también a cinco años y ,seis meses, y Sergio Cusani, el financiero amigo de Craxi y del difunto Raúl Gardini, que hizo de intermediario y creó las vías técnicas para muchos de los pagos ilegales investigados por los jueces de Manos Limpias.
Ambos están en Italia, e ingresarán próximamente en prisión junto a otros seis dirigentes de empresas y militantes de partidos, reos de haber planificado e iniciado un contrato del ente petrolero estatal ENI con la empresa de seguros SAI para asegurar a los 130.000 empleados del primer grupo citado.
Hasta ahora, el único condenado en firme por los procesos contra la corrupción era Walter Armanini, un ex concejal socialista de Milán, encarcelado con una corta condena.
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