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Entrevista:

"La calidad de la enseñanza no está por debajo de otras cosas"

La revista Cuadernos de Pedagogía persiguió a Esteban Sánchez Barcia hasta que éste aceptó someterse a una entrevista, "por cansancio", según la propia publicación. Las declaraciones se produjeron a finales de julio pasado, en la redacción de EL PAÍS, y en ella Barcia desgranaba sus análisis y sus convicciones sobre la situación educativa española y la enseñanza en general. "Me fastidia muchísimo oír a todos los ministros, uno detrás de otro, hablar sobre la idea de mejorar la calidad de la enseñanza como si se partiera de que la educación está muy mal", decía Barcia en alusión al avance del sistema educativo español. "No creo que esté por debajo de la calidad de otras cosas, empezando por la calidad de los propios ministros. El salto que se ha dado en la enseñanza es gigantesco". Observador crítico de los acontecimientos, Esteban Barcia también exponía su impenitente excepticismo: "Yo soy maestro.... De aquella etapa extraje una conclusión: es una tarea muy dificil y un trabajo muy duro... jamás volvería a este trabajo en mi vida. Creo que cuanta más ex periencia se adquiere, cuanto más sabio eres, supuestamente, más dudas, vacilaciones e incertidumbres se tienen".

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Sin dinero no hay objetivo

La problemática aplicación de la nueva educación secundaria, todavía hoy de plena actualidad, también fue analizada en esa entrevista: "Lo más negativo es que, después de hacer una apuesta muy fuerte, no se han dispuesto los medios económicos para ello. No ha habido ni la apuesta política necesaria ni el riesgo para volcarse en ese esfuerzo. Creo que el, factor económico en la educación es determinante, y cuando falta la inversión no hay objetivo, por muy hermoso que sea, que pueda sacarse adelante"."Si de verdad fueran tan liberales los gobernantes del PP", decía Barcia con sorna, respecto a la asignatura de religión, "yo estaría muy esperanzado, porque no hay mayor contradicción con el liberalismo que el estatuto que tiene la enseñanza de la religión en este país. No se puede predicar la idea del mínimo Estado y, por otro lado, una cuestión tan de las conciencias incluirla como una trágala en el sistema educativo y además financiada con fondos públicos"..

La entrevista terminaba con una loa a la educación pública que Barcia siempre defendió: "Hay que recordar que la escuela pública es una escuela neutral, no confesional, no sexista; es decir, con todas las virtudes de lo que podríamos entender como el objetivo máximo, de la educación. Todo eso está ahí, no en la escuela ideologizada".

"Para bien o para mal, los docentes de la pública tienen una tendencia a la autocrítica feroz y eso contribuye a crear esa imagen de que todo está fatal. No creo que estemos en el mejor de los mundos; tampoco es el peor".

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