Juan Pablo II publica su autobiografía de sacerdote.

Abundan las biografías del Papa del Este, sobre todo desde que gran des editores norteamericanos han otorgado un interés preferente a la personalidad de Karol Wojtyla. Pero el propio Juan Pablo II ha deci dido ahora bajar al ruedo de los que narran su vida. No lo ha hecho para desmentir a nadie, ya que sustancialmente confirma lo hasta ahora publicado, sino para ofrecer una reflexión sobre su experiencia de sacerdote que representa un mensaje espiritual.

El libro contribuirá, además, a relanzar un pontificado en decadencia por las noticias de mala salud y otras polémicas. Dono e mistero, título de esta obra -en la versión de la editorial vaticana tiene 119 páginas y cuesta 15.000 liras (1.300 pesetas)-, es un relato autobiográfico de la vocación de Wojtyla publicado en coincidencia con las bodas de oro sacerdotales del Papa. La presentación del libró estaba prevista para el próximo viernes, pero el Pontífice lo regaló a los 105 cardenales que almorzaron con él en el Vaticano el pasado domingo, como colofón de la celebración de las bodas. Y ha trascendido a la prensa.Lo más novedoso e interesante de este texto es, lógicamente, el tono personal y llano con el que Juan Pablo II narra experiencias bastante íntimas que, por lo demás, en la mayoría de los casos, eran ya conocidas. Ningún Papa había hablado antes tan directamente de su propia vida.

Wojtyla escribe sobre su padre, que fue su única familia, desde una adolescencia luctuosa: "De profesión, era militar, y cuando se quedó viudo, su existencia se convirtió en - una o ración constante. A veces, me desperté de noche y le encontré de rodillas".

Vocación tardía

El Pontífice explica también que el amor terreno capaz de explicar por qué su vocacion sacerdotal' se manifestó de forma relativamente tardía no tiene nombre de mujer, pues se llama literatura. "Quizás alguno habrá pensado que, si un joven con, inclinaciones religiosas tan claras no entraba en el seminario era porque estaban en juego otros amores o predilecciones. De hecho, en la escuela tuve muchas colegas, y, dado que frecuentaba el ambiente del teatro, no me faltaron ocasiones de conocer chicos y chicas. Pero el problema no era ese. En aquel periodo, me absorbía, sobre todo, la pasión por la literatura, en especial por el teatro", escribe el Papa.