10 pasajeros de un autobús, descuartizados por la explosión de un coche bomba en Argel

Los cuerpos de 10 pasajeros de un autobús de transporte público quedaron descuartizados ayer por la mañana en Argel como consecuencia de la explosión de un coche bomba. El atentado se produce cuando altan poco menos de tres semanas para la celebración de un referéndum constitucional, convocado por el presidente Liamín Zerual. La explosión del coche bomba despertó ayer, a un Argel dolorido por la oleada de atentados que ensangrienta la capital de este país norteafricano en señal de protesta contra el referéndum constitucional previsto para el 28 de noviembre.

Con esta consulta, el régimen del general Liamín Zerual pretende erradicar jurídicamente, todos los, partidos políticos con ideología religiosa y enterrar definitivamente la Constitución de corte liberal y progresista, aprobada en 1989. La explosión del artefacto al canzó de lleno a un autobus de transporte público, poco antes de las 7.30, cuando el vehículo atravesaba el popular barrio de Birjadem, al este de la capital, considerado como uno de los feudos integristas más nimportantes de Argel. En éste vivió durante muchos años el máximo responsable del Grupo Islámico Armado (GIA), la organización guerrillera integrista más sanguinaria y potente de Argelia, responsable del asesinato de muchos extranjeros.

Por los alrededores del lugar donde se produjo la explosión cayó de inmediato una lluvia de pedazos de carne humana, piezas del autobús y efectos personales de los viajeros, según aseguró uno de los testigos presenciales del atentado.

Los primeros balances oficiosos señalan que el número de muertos podría elevarse a una decena, mientras que el de heridos alcanzaría ya la treintena. La mayoria de, estas víctimas son trabajadores de una empresa estatal, de la que no se ha confirmado el nombre, según se aseguraba: ayer en círculos diplomáticos.

El atentado se produce justo 24 horas después de que el Gobierno abriera la campaña de propaganda del referéndum constitucional previsto para dentro de poco menos de tres semanas. Simbólicamente, el primer ministro, Ahmed Uyahia, inició su campaña de propaganda con un mitin, celebrado en la ciudad de Baraki, uno de los feudos islamistas más importantes del Gran Argel.

Ayer mismo, en plena escalada de la tensión y de la violencia, Sid Ahmed Semiane, uno de los periodistas más populares y leídos de Argel, anunciaba públicamente su decisión de dejar de escribir, para evitar de esta manera las iras y la censura del Gobierno. El régimen acaricia en los últimos días la posibilidad de cerrar el periódico Liberté, en cuyas columnas mantenía Semiane desde hace varios años abierta una sección de análisis político, escrita en clave de humor. "Hoy se ha, acabado para mí el periodismo", aseguraba Semiane solemnemente en lo que fue su último artículo.

La decisión de este redactor de Liberté no sorprendió en Argel, por cuanto Semíane en 1994 fue despedido de un semanario estatal por una crónica considerada atentatoria contra el jefe del Estado, general Zerual. Hace pocas semanas, el Gobierno decidió suspender ya por seis meses el periódico La Tribune, por un chiste que, según los jueces, era "una afrenta a la bandera nacional".'