Victoria del conservador Petar Stoyanov en las presidenciales búlgaras

líder de la coalición conservadora Unión de Fuerzas Democráticas, será el nuevo presidente de Bulgaria en los cinco próximos años, tras su victoria en la segunda vuelta electoral, celebrada ayer. Stoyanov habría obtenido, según los resultados oficiales preliminares, 61,9% de los sufragios frente al 38,1% que lograría su rival, Iván Marazov, candidato del Partido Socialista (ex comunista, en el poder). El amplio triunfo de Stoyanov debilitará aún más la estabilidad del Gobierno del primer ministro socialista, Zhan Videnov, acosado ya por la crisis económica.

Petar Stoyanov,Los partidarios de Stoyanov, un abogado de derecha moderada de 44 años, se echaron a la calle para celebrar la victoria de su líder nada más conocerse los primeros resultados. Stoyanov se comprometió en sus primeras declaraciones a acercar el país a la Unión Europea (UE) y la Alianza Atlántica, pero evitó hacer críticas contra los socialistas y propuso la creación de un consejo de salvación nacional de expertos para aconsejar al Gobierno sobre cómo afrontar la grave crisis económica interna. "El camino hacia una Bulgaria fuerte e independiente pasa por la integración en la UE y en la OTAN", dijo el líder conservador. El primer ministro Videnov dijo que su partido realizará una amplia revisión de política en un congreso extraordinario a principios del próximo año. Sin embargo, agregó que por el momento no pensaba en dimitir. La jornada transcurrió sin incidentes salvo dos falsos avisos de bomba en sendos colegios electorales.

La segunda vuelta de las elecciones se celebró tras no superar ninguno de los 13 candidatos hace una semana, en la primera ronda, el 50% de los votos. En aquella ocasión, Stoyanov obtuvo el 44% por sólo el 27% de Marazov, actual ministro de Cultura.

El triunfo de Stoyanov supone un duro golpe para los ex comunistas, que han perdido buena parte de su electorado desde su victoria en las elecciones legislativas de diciembre de 1994 y que están enfrentados actualmente a una profunda crisis económica agravada por la corrupción y la delincuencia. La diferencia entre los votos obtenidos por Stoyanov y Marazov indican también muy claramente que los ciudadanos han decidido castigar a los ex comunistas cuyas promesas de prosperidad lejos de cumplirse se convirtieron en la cruda realidad de la escasez de comida y combustible.

La abstención rondó el 40%, lo que significa la participación electoral más baja de la reciente historia búlgara y revela que la población está bastante más preocupada por las dificultades de la vida diaria que por la política.

Stoyanov y su bloque electoral, la Unión de Fuerzas Democráticas, han acusado al Gobierno de privatizar muy lentamente las empresas públicas, generadoras de grandes pérdidas. Desde la caída del régimen comunista en 1989, Bulgaria sólo ha privatizado el 5% de su industria estatal y la mayoría del dinero ha ido a parar a los bolsillos de oscuros grupos de negocios muy próximos a los socialistas. Bulgaria es además el país balcánico que menos inversión extranjera recibe y la leva, la moneda nacional, ha perdido el 230% de su valor desde el pasado enero. En estas condiciones, todos los analistas coinciden en que la estrategia de Stoyanov estará orientada a provocar la anticipación de las elecciones legislativas, previstas en un principio para 1998.