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El Gobierno rectifica y exige que Canarias esté bajo mando Militar español en la OTAN

Miguel González

Canarias estará bajo mando militar español en la nueva estructura de la OTAN. El Gobierno ha dado marcha atrás en su disposición inicial a permitir que el archipiélago pasase a depender del mando aliado de Lisboa. Más allá de consideraciones militares, la necesidad de que Canarias forme parte, con el resto del territorio nacional, de un mando bajo autoridad española es una cuestión política de primer orden. Así se lo expresó José María Aznar al primer ministro portugués, Antonio Guterres, durante la cumbre hispano-lusa celebrada esta semana en Azores.

El portavoz de Coalición Canaria (CC) en el Congreso, José Carlos Mauricio, ha advertido que la cesión del archipiélago al mando portugués es una cuestión "muy grave", que impediría el apoyo de su grupo a la plena integración en la OTAN.Los dirigentes de CC se reunirán el lunes con el presidente del Gobierno canario, Manuel Hermoso, para debatir su posición en la votación que debe celebrar el Congreso el próximo día 14. En la coalición nacionalista hay partidos de larga tradición anti-OTAN por lo que, pese al pacto de Gobierno con Aznar, el voto positivo a la plena integración resultaba problemático, incluso antes de suscitarse la polémica sobre el mando.

El problema no radica, sin embargo, en los cuatro escaños del Grupo Canario. Aznar, con el respaldo del PSOE y CIU, tiene asegurado el voto favorable del 90% de los diputados. Es dentro de las propias filas populares y socialistas donde ha surgido la voz de alarma. Destacados parlamentarios han advertido en privado al Gobierno que sería un "grave error" dejar a Canarias fuera del futuro mando español.

Sensación de abandono

En su opinión, una decisión de este tipo reafirmaría la sensación, compartida por muchos canarios, de que el Gobierno de Madrid abandona a su suerte al archipiélago, abonando las tendencias independentistas.

Las mismas fuentes argumentan que, en este asunto, el Ejecutivo ha hecho gala de poco tacto. Aznar remitió la comunicación oficial sobre la OTAN al Congreso el pasado martes, tras recibir en La Moncloa a los líderes del PSOE e IU, Felipe González y Julio Anguita, respectivamente.

Sólo el jueves abordó el asunto con el presidente catalán, Jordi Pujol, y todavía no lo ha hecho con el PNV y CC; a pesar de que precisamente Canarias, País Vasco y Cataluña fueron, con Navarra, las únicas comunidades autónomas donde ganó el "no" en el referéndum de la OTAN de 1986.

Desde el punto de vista geográfico, la integración de Canarias en el mando de Lisboa era la opción más lógica. El archipiélago está en el área del mando aliado del Atlántico (Saclant), del que depende Lisboa (Iberlant), mientras que la Península y Baleares quedan bajo la órbita del mando supremo para Europa (Saceur).

Portugal está, además, muy interesada en que Canarias se incorpore al cuartel general de Oeiras, próximo a Lisboa, para justificar su continuidad como mando regional, de segundo nivel, y evitar que se rebaje a la categoría de subregional (tercer nivel) la misma que tendrá el mando español. Incluso se había barajado la posibilidad de que un almirante español se turnase con el portugués al frente de Iberlant o, aunque era menos aceptable, ocupase siempre la subjefatura.

Los factores políticos han acabado imponiéndose. España alega que los países de la OTAN tienen derecho a que la totalidad de su territorio quede bajo el mismo mando. La incorporación de Canarias al mando español, y por tanto al europeo, creará una situación anómala, pero más anómalo sería, según las fuentes consultadas, que el archipiélago estuviese bajo control del mando de Norfolk, en Estados Unidos, o de Northwood, en. el Reino Unido, si Lisboa baja de categoría y queda subordinada al cuartel general británico.

El asunto no está zanjado en absoluto, pero España dispone de un poderoso instrumento: la posibilidad de vetar la nueva estructura militar, que debe ser aprobada por los 16 socios de la OTAN, si el resultado no satisface sus intereses nacionales.

España prorroga por un año el convenio con EE UU

España ha decidido prorrogar un año el convenio defensivo con Estados Unidos firmado en diciembre de 1988 por un período de ocho años. El Gobierno español comunicó hace ya algunas semanas a Washington que renunciaba a renegociar el acuerdo, por considerarlo satisfactorio.El artículo 69.2 del tratado prevé su prórroga automática, por plazos de un año, salvo que alguna de las partes comunique por escrito lo contrario con seis meses de antelación. Como la entrada en vigor se produjo el 4 de mayo de 1989, el plazo para solicitar la renegociación concluye el 4 de noviembre.

Pese a ello, los ministerios de Exteriores y de Defensa están estudiando la viabilidad de realizar "algunos retoques de carácter muy técnico", relativos a asuntos como transporte y almacenamiento de combustible, estatuto del personal laboral dependiente o financiación de instalaciones no directamente utilizadas por EE UU.

Se trata de subsanar problemas detectados durante la vigencia del convenio, pero "evitando todo lo que pueda entenderse como una reforma encubierta". Aún no se ha decidido el formato que podría adoptar esta acuerdo aclaratorio, que sería, en todo caso, "lo más informal posible".

La negociación del vigente convenio tuvo momentos de gran tensión por el empeño del Gobierno español en la retirada de los cazas F-16 desplegados en Torrejón de Ardoz (Madrid), como símbolo de la reducción de la presencia militar norteamericana prometida en el referéndum de la OTAN de marzo de 1986.

Sin embargo, la caída del muro de Berlín, en 1989, y la consiguiente decisión de EE UU de repatriar gran parte de sus tropas de Europa, llevaron a que la reducción real haya ido mucho más allá de lo previsto. Si en diciembre de 1988 se estimaba dicha reducción en un 30%, el porcentaje real ha sido del 63%. Un 62% corresponde al personal militar y un 80% al civil.

Los norteamericanos se retiraron de la base aérea de Zaragoza, aunque el tratado les permitía mantener un contingente de 2.300 personas y 48 cazas. En Torrejón sólo ha quedado un reducido grupo de enlace. La presencia en Morón de la Frontera (Sevilla) sufre grandes oscilaciones, en función de su activación para una operación concreta, mientras que la base naval de Rota (Cádiz), con un límite permitido de 5.250 militares y 746 civiles, concentra el despliegue permanente de EE UU.

Al amparo del vigente convenio, las bases españolas fueron utilizadas profusamente durante la guerra del Golfo, en 1991, cuando los bombarderos B-52 despegaban desde Morón para atacar Irak, así como en las posteriores acciones de castigo contra Sadam Hussein y en operaciones humanitarias, como la de Somalia, o de evacuación de residentes occidentales, como la de Liberia.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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