El profesor Nechái vaticino 'la catástrofe' en una carta abierta publicada en 1993

El profesor Nechái ya lo había advertido en 1993: "El peligro y las limitaciones en la difusión de las tecnologías nucleares no permiten a los centros federales nucleares de Rusia ejercer como "vendedores" o "proveedores" de sus trabajos, y los dirigentes rusos "por su ignorancia" no facilitan su promoción en el mercado. En las páginas del periódico Delovoi Mir, Nechái manifestaba que la ciencia en Rusia lleva una existencia penosa y "no se debe esperar de ella nuevas tecnologías o logros".Durante todos los años de la perestroika, la vida en la ciencia ardía débilmente gracias a los recursos acumulados durante muchos años de desarrollo, afirmaba el científico. "Pero no puede estar mucho tiempo en este estado: la crisis en la sociedad asegura su extinción, que ya ha comenzado y la catástrofe dentro de dos o tres años. Esto no es un prejuicio, es una realidad", sentenciaba.Reconversión civilSegún Nechái, los problemas financieros de la industria bélica comenzaron en época de Mijaíl Gorbachov, quien supuso que bastaba con dejar de dar dinero a los científicos para que éstos se dedicaran a la reconversión al sector civil, "como si se pudieran hacer cacerolas en aquellas lineas donde se producían explosivos". Luego vino la "incontenible subida de los precios", afirmaba Nechái, refiriéndose a la inflación que dio al traste con los proyectos de inversión en la industria.

Así, los dirigentes rusos, señalaba, renunciaron a la producción industrial de prototipos ya preparados para la industria médica y de comunicaciones, y se dedicaron a comprar los mismos instrumentos, "sólo que bastante peores" al extranjero.