La economía se recupera levemente en el tercer trimestre con un crecimiento que ronda el 2,2%
La economía española, estancada en los úItimos trimestres en crecimientos del 1,9%, muestra síntomas leves de relanzamiento. El PIB ha crecido durante el tercer trimestre del año entre el 2,2% y el 2,3% en de este año. La reducción de tipos de interés es el motor más importante de la reanimación detectada. Con esta cifra en el tercer trimestre se reducen las posibilidades de conseguir el objetivo marcado por el Gobierno para el conjunto del año (2,3%).
El producto interior bruto (PIB) español creció durante el tercer trimestre de 1996 en torno al 2,2%-2,3% en términos interanuales, según los datos que manejan el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Gobierno. Este crecimiento es ligeramente superior al registrado en los dos trimestres anteriores (1,9% en cada uno de ellos) y puede ser interpretado, entre otros por el Gobierno, como el inicio [modesto] de un relanzamiento económico; aunque algunos expertos consideran que "los datos son todavía insuficientes para determinar si estamos ante el inicio de la recuperación anunciada y sostenida en el tiempo o se mantiene el riesgo de que la economía se precipite en un nuevo periodo recesivo".Este crecimiento entre julio y septiembre implica que el ritmo de aumento intertrimestral tambien es superior a los precedentes. Según los datos conocidos por EL PAÍS, la economía haría registrado entre julio y septiembre un crecimiento intertrismestral (elevado a tasa anual) del 2,8% aproximadamente (0,7% en tasa sin anualizar), una tasa que confirma efectivamente una cierta aceleración de la economía, por más que deba examinarse tal aceleración con cierta cautela.
Pero, a pesar de que los signos de recuperación son evidentes -aunque de escasa relevancia todavía- la evolución del consumo, uno de los sectores deprimidos en esta fase, sigue siendo una gran incógnita. De hecho, se supone que está creciendo en torno al 2% en tasa anual, quizá un poco por encima, pero las estimaciones solamente son posibles desde el lado de la oferta. El consumo, en teoría, debe ser el gran impulsor del crecimiento de la economía en 1997, porque el sector exterior ya no tendrá una aportación positiva al crecimiento de la economía. Los signos de crecimiento del consumo son contradictorios, para pasmo de los estadísticos y analistas, que tienen muchas dificultades para cuadrar cifras coherentes desde la vertiente de la demanda.
Tipos de interés
Las fuentes consultadas por EL PAÍS indican que la inversión en bienes de equipo está creciendo a tasas próximas al l0%; y la inversión en construcción también muestra síntomas de reanimación a partir del segundo trimestre de este año. Por ello, la interpretación más lógica es que el crecimiento está siendo soportado por la inversión; el consumo privado, debido a la reticencia de los consumidores -moderación salarial, contratos precarios, incertidumbre en general- todavía no es el agente principal de este proceso.Fuentes del Ejecutivo reconocen que en la reanimación de la economía está influyendo poderosamente la cadena de reducciones de los tipos de interés decidida por el Banco de España. En lo que va de año, la autoridad monetaria ha recortado el tipo de interés de intervención en 2,25 puntos. Las estimaciones de los expertos indican que el efecto de cualquier reducción de tipos de interés sobre la actividad de la economía empieza a notarse en un plazo que oscila entre seis y ocho meses; como, la reducción de tipos no se ha producido de una sola vez, los efectos se prolongarán durante los primeros meses del año que viene.
Objetivo difícil
La levísima recuperación en el tercer trimestre será probable mente insuficiente, incluso aun que se consolide, para alcanzar el crecimiento económico previsto por el Gobierno para 1996, que era del 2,3% en términos interanuales; la opinión más extendida es que el crecimiento estará muy próximo a esa cifra, quizá dos décimas por debajo en el conjunto del año. No obstante, debe tenerse en cuenta que el cálculo del PIB en España se hace sobre estimaciones en parte Indirectas y, por lo tanto, el grado de precisión no es muy elevado.Si no se cumplen, las expectativas de crecimiento económico fijado para este año, ya notablemente reducidas por el Gobierno a partir de un objetivo inicial del 3,4%, se expandirá probablemente el pesimismo sobre el cumplimiento del objetivo de crecimiento para el ejercicio de 1997 (3%). Téngase en cuenta que del cumplimiento del objetivo de crecimiento depende que se pueda cumplir el Presupuesto del Estado el año próximo. Si el PIB progresase por debajo del 3%, los ingresos fiscales disminuirían -y obstaculizarían por tanto el ajuste del déficit a las exigencias de Maastricht- y no crecería el empleo en el volumen previsto (en consecuencia, el gasto de protección social subiría). El crecimiento se convierte así en un variable decisiva en los planes del Gobierno para acceder en primera instancia a la UEM.
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