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El 'kohloso' se tamblea

El canciller alemán supera la marca en el poder de Konrad Adenauer

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), de 66 años, batió ayer la marca de permanencia en la jefatura del poder ejecutivo en la República de Bonn que mantenía el legendario canciller Konrad Adenauer (CDU) , pero al mismo tiempo atraviesa la crisis más grave desde su llegada a la Cancillería hace 14 años, un mes y un día. Alemania, el alumno modelo y la tantas veces motesda como locomotora económica europea, corre el riesgo de no superar la prueba de selectividad de Maastricht, por su excesivo déficit y el mayor endeudamiento desde el final de la guerra. Otro tanto ocurre con la cifra de parados, estabilizada en torno a los cuatro millones, a pesar de que la economía crece de nuevo y las cargas salariales bajan. Para completar el sombrío panorama, los continuos agujeros en el presupuesto amenazan con dar al traste con la coalición de Gobierno entre democristianos (CDU / SU) y liberales (FDP). El día en que batió la marca de su antecesor en el cargo el gran Adenauer, Kohl recibió en Manila su 22 título de doctor honoris causa. Mientras, recorría el sureste asitico, en Bonn el Parlamento Federal (Bundestag) celebradauna sesión de urgencia para debatir la difícil situación presupuestaria. Varios de los miembros del séquito de Kohl, diputados del Bundestag, tuvieron que interrumpir el viaje, para ocupar sus escaños.

A Kohl podría ocurrirle lo mismo que, según la leyenda, pasaba con los cónsules triunfadores en el imperio romano. Los recibian con laures en el Capitolio romano, pero al mismo tiempo les mostraban la roca Tarpeya con la advertencia de que entre esos dos lugares había más que un paso. KohI, el coloso de quien se dice que superará los 19 añosde Bismarck como canciller del Reich, podría estar más cerca de la roca Tarpeya de lo que escalmotean los gloriosos panegíricos escritos estos días. Todo parece indicar que la segunda parte de la actual legislatura puede convertirse en un calvario.

Si Kohl hubiese pasado el día de su marca en Bonn, sin duda se habría desayunado con un editorial del nada dudoso en su fidelidad a la dereecha alemana, el prestigioso diario Frankfurter Allgemeine, publicado ayer bajo el título Tiempo de cambio. No pude exprejarse de forma más contundente y palpable el desmoronamiento del actual Gobierno. Una antología de frases del editorial basta como muestra: "Las cosas no pueden seguir así", "l a República Federal amenaza con dar tumbos en una crisis económica y social cuyas implicaciones políticas se escondieron hasta ahora detrás de las anchas espaldas del canciller"; "la poítica financiera no tiene ninguna orientación". "Las consecuencias del populismo se aprecian ahora: la economía en el oeste de Alemania se dobla bajo el peso del saneamiento del este y el este avanza hacia el deastre económico más caro de la posguerra".

La actual coalición de Gobierno en Bonn se encuentra en un callejón sin salida por la imposibilidad de encontrar una financiación sólida del presupuesto, que sólo se puede resolver con endeudamiento público, subidas de impuestos o recortes sociales. El Estado no puede endeudarse más porque no cumpliría con Maastricht. Las subidas de impuestos no son practicables con el actual socio de coalición, los liberales, que sólo se justifican ante elelectorado como partido capaz de bajar los impuestos. Los recortes sociales podrían desencadenar la quiebra del consenso social. en' Alemania, uno de los pilares del auge del país en las últimas décadas.

Ante semejante panorama, con una segunda cámara, el Bundesrat, controlada, por la oposición del SPD y Los Verdes, la salida sería una gran coalición entre democristianos (CDU / CSU) y socialdemócartas (SPD). Esto pertmitirá superar el bloqueo legislativo en el Bundesrat, realizar el trabajo sucio de los recortes sociales u la reforma fiscal necsaria para sanear las finanzas públicas, pasar la prueba de Maastricht y afrontar los retos de la globalización y competitividad de la economía alemana.

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A pesar de estos imperativos categóricos, Kohl ha demostrado suficiente capacidad de resistencia, ser un auténtico tentetieso que vencio más de una muerte demoscópica. El kholoso se tambalea, aunque esto no significa que se desmorone.

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