_
_
_
_

Argentina calienta el duelo Bilardo-Menotti

Los técnicos de Boca e Independiente, con estilos opuestos, se enfrentan el domingo por primera vez tras 20 años de disputas

La guerra de guerrillas que se libra en el interior del fútbol argentino disputará el domingo una batalla casi decisiva cuando en el Boca Independiente se enfrenten Carlos Bilardo y César Menotti, los dos ex entrenadores de la selección que por más de 20 años lideraron dos propuestas de estilos opuestos. Menotti es de izquierdas, Bilardo de derechas. Menotti es el discurso claro y seductor, Bilardo la obsesión y la incoherencia. Menotti, es el juego y la libertad, Bilardo la concentración y el trabajo. El Independiente de Menotti marcha segundo en las posiciones, es el único equipo invicto del torneo y si el domingo vence al Boca, puede provocar el cese de Bilardo como entrenador.Los directivos del Boca, que gastaron casi 20 millones de dólares en comprar los jugadores que pidió Bilardo, insisten todavía en que se respetará hasta el final el contrato por dos años firmado con el entrenador. El Boca ocupa el séptimo lugar de las posiciones, acaba de ser eliminado de la Supercopa y de perder el domingo con el Independiente quedaría definitivamente fuera de la carrera en la Liga. El "loco de los vídeos", como se le llama a Bilardo, sólo logró anotarse a su favor este año la victoria por 3-2 contra el River, clásico rival del Boca, lograda en el último instante del partido. Si Bilardo aún se sostiene en su puesto es porque ha comprado los favores de la temible "barra brava" del Boca, que se mantiene en silencio cuando todo el resto de la hinchada insulta estruendosamente al entrenador. Y en medio de todo esto, Diego Maradona apareció ayer por el campo de entrenamiento del Boca por primera vez en los últimos meses. Maradona, que disputó su último partido el 11 de agosto, dijo. que está en condiciones de jugar y pidió a Bilardo que le incluya en la alineación frente al Independiente.

El Independiente perdió el liderato después de un brillante comienzo, cuando ganaba, goleaba y su juego era ovacionado por los aficionados. El equipo aún permanece invicto y mantiene la convicción de jugar siempre abierto y al ataque, con un toque de balón corto y preciso.

Bilardo, considera "clave" el partido, del domingo, aunque advierte a la vez que no piensa renunciar al cargo si el Boca pierde. De Menotti, a quien en la intimidad todavía llama Rabanito, porque según él, "es rojo sólo por afuera", dice que no habla y no lo nombra desde hace más de diez años. Menotti, prefiere eludir la polémica personal con Bilardo para extenderla a periodistas, dirigentes "y todos aquellos que ocultan sus negocios y sus intereses bajo la consigna de que sólo importa es ganar. Si así fuera, para qué jugar, para qué hacer ir al Público a los campos, para qué entrenar o formar jugadores. Bastaría con tirar una moneda al aire. Lo que importa es ser creativo y eficiente, el resultado será una consecuencia de que hagamos las cosas bien o al menos mejor que nuestros adversarios". Pero Bilardo insiste: "Lo único que sirve, lo único que importa, es ganar. Ganar como sea. A mí, los hinchas del Boca no me piden que el equipo juegue bien, me piden que gane".

Detrás de Menotti y de Bilardo se encolumna todo el fútbol argentino. En los últimos 20 años nadie ha podido escapar a la polémica o situarse en una posición neutral. La historia del conflicto es anterior a ellos. Desde el llamado "desastre de Suecia", cuando Argentina participó en el Mundial de 1958 y fue eliminada tras ser goleada por Checoslovaquia, la sólida identidad futbolística del país comenzó a tambalearse.

Menotti fue el primero que insistió en volver a las fuentes suramericanas, pero ya para entonces la línea que impulsaba la "evolución" el "fútbol físico", y la "adaptación" al fútbol europeo tenía líderes y adherentes. Menotti impulsó el cambio cuando entrenó a la selección argentina y ganó la Copa del Mundo en 1978, pero ese título se conquistó bajo la dictadura militar. A Menotti le sucedió Bilardo, que ganó a su vez la Copa del Mundo en 1986, pero ese título lo ganó Maradona, y un grupo de jugadores que desobedecieron al entrenador. Las historias nunca pudieron contarse como fueron de verdad. El domingo, por, primera vez, se va a escribir un capítulo a la vista de todos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_