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La puerta más cara de la ciudad

Nueve túneles cruzarán la nueva pista de Barajas, que empezará a construirse a final de año y costará 40.000 millones

Aliento contenido. Las grandes constructoras aguardan con inquietud la adjudicación de las obras para la tercera pista de Barajas, presupuestadas en 46.889 millones de pesetas. La elección, prevista, inicialmente para el pasado lunes, se producirá hacia mediados de noviembre, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), organismo público que encarga las tareas. En esta entidad creen que los trabajos comenzarán aproximadamente a final de año.La construcción de la nueva pista, que descongestionará el elevadísimo tránsito, del aeropuerto madrileño, de demorará 22 meses. Bajo ella discurrirán nueve túneles con carreteras y arroyos.

No será una obra fácil, ni barata, pese a que AENA espera rebajar en un 32,5% el precio de licitación. Los trabajos se dividen en dos grupos. El primero, evaluado en 40.000 millones de pesetas, comprende la pista de vuelo (4,4 kilómetros de largo y 60 metros de ancho), las pistas de rodadura, la explanación de la futura plataforma para aparcamiento de aviones, las variantes de las carreteras interrumpidas (Barajas-Alcobendas y Barajas-Paracuellos) y nueve estructuras de paso (túneles) bajo la pista.

El movimiento de tierras será gigantesco. Se removerán unos 28 millones de metros cúbicos. Cerca de la mitad, 12 millones de metros cúbicos, se dedicarán a rellenar los terrenos más bajos. Además, el pavimento de las pistas de vuelo y rodadura (evaluado en 5.600 millones) será una tarea compleja: se emplearán materiales distintos.

La primera capa (la situada más al fondo), de 25 centímetros de grosor, se hará con tierras seleccionadas, llamadas zahorras por los técnicos. Sobre esa primera capa se echará otra de 40 centímetros, compuesta por aglomerado asfáltico grueso (betún y áridos). Luego vendrá la tercera: 16 centímetros le aglomerado asfáltico menos grueso. Por último, la capa final, sobre la que se desplazarán los aviones: cuatro centímetros de una mezcla de aglomerado asfáltico más fino.Compleja no sólo por arriba. Bajo la pista de vuelo discurrirán nueve pasos. Dos de ellos cobijarán vías para el servicio aeroportuario. La carretera de Barajas a Paracuellos del Jarama también cruzará la pista por debajo, igual que la prevista conexión entre la circunvalación M-40 y la futura M-50. Amén de las carreteras, las vías de agua serán inquilinas del nuevo trazado. Se construirán túneles para que discurran bajo la pista los arroyos La Plata, Tía Martina (un túnel pata ambos), Valdebebas y Las Zorreras. Los úneles deberán transcurrir bajo el espacio que ocupan a zona de seguridad en torno a la pista de vuelo y las de rodadura.El segundo gran capítulo de gasto (6.500 millones de pesetas) se dedicará a balizamiento: una central generará electricidad para iluminar las nuevas pistas, que tendrán unos 3.000 puntos de luz. Todo el cableado se instalará en galerías subterráneas. Serán amplias: dos metros de alto e igual ancho. El coste de estos túneles, 3.000 millones.

La obra de ampliación de Barajas, cuya primera fase sale ahora a concurso, abre el apetito de las grandes constructoras, que se han unido temporalmente para pujar por los trabajos. Los distintos grupos protagonizan una disputa jurídica, lo que ha provocado el retraso en la adjudicación de los trabajos. Cuando estén terminados, el aeropuerto habrá duplicado su extensión: de 600 a 1.200 hectáreas. Entonces la capacidad de las instalaciones se habrá duplicado. Barajas, que ahora admite 21 millones de viajeros al año, podrá acoger hasta 45 millones de usuarios.Todo eso si los mamuts no se oponen. Las autoridades aeroportuarias están obligadas a realizar estudios arqueológicos previos. Una veintena de especialistas han hecho ya diversas calas. "No ha aparecido nada", dicen con alivio en AENA. Matizan que se han encotrado algunos restos, pero que provenían de excavaciones anteriores.El respiro es momentáneo: habrá que hacer pesquisas en toda la zona de la ampliación. Barajas está emplazado en una terraza del río Jarama, junto á cuyo cauce se han encontrado restos de animales prehistóricos.Con todo, el crecimiento aeroportuario, molesta sobre todo a los vivos. El proyecto prevé dedicar 1.800 millones de pesetas a medidas correctoras del impacto ambiental. Pero las quejas vienen de fuera. De 14 de los 18 municipios más. afectados por el ruido que se generará (San Sebastián de los Reyes, Coslada, San Fernando de Henares, Tres Cantos, entre los más poblados).

La promesa de AENA de dar 16.000 millones de pesetas a las casas afectadas para que refuercen su aislamiento acústico no ha calmado los ánimos de los ayuntamientos. Encabezados por el de Coslada, recurrieron la declaración de impacto ambiental de a obra ante el Ministerio de Medio Ambiente el pasado mes de mayo. "No nos han contestado, así que pensamos recurrir por la vía contencioso-administiva", afirma el alcalde de Coslada, José Huélamo (IU). Huélamo pretende, entre otras cosas, que las autoridades se comprometan a que ésta sea la última ampliación de Barajas.

Los responsables de los municipios que han protestado por el crecimiento (Alcobendas es la única localidad grande de las afectadas que no se ha sumado a la queja) también piden participar en el control de ruidos del Gran Barajas. Mientras AENA asegura que la tercera pista acabará por provocar un descenso de los decibelios, los regidores no las tienen todas consigo. No hay aeropuerto silencioso. Y menos si es grande, argumentan.

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