El Gobierno italiano evaluar de modo continuo a sus magistrados
Una norma que permitirá evaluar de modo continuado la capacidad profesional de los magistrados para administrar justicia es una de las medidas básicas de la reforma que prepara el Gobierno en Italia, según anunció ayer el ministro del sector, Gianmaria Flick, durante un debate sobre el tema. Flick afirmó que la lucha anticorrupción de los jueces, aunque "ha tenido gran mérito y ha sido muy positiva", se ha traducido en un deterioro de los derechos de la persona a la intimidad y a la defensa.
El ministro dijo además que los jueces no bastan para vencer la corrupción. Flick habló en un debate -titulado ¿Se ha acabado la cultura del cambio?- organizado por la sección de jóvenes empresarios de la Cofindustria, la patronal italiana. Diego della Valle, fabricante de los zapatos Tods, intervino en la discusión y planteó así el problema: "Muchos empresarios ven al juez como al titular de un poder gestionado mal o en complicidad con intereses políticos. También la magistratura tiene necesidad de renovarse, porque la gente no se fía"."Algún magistrado", añadió Della Valle en referencia implícita al hoy ministro de Obras Públicas, Antonio Di Pietro, "ha demostrado que, a través de la magistratura, se puede incluso cambiar de carrera. Todo esto da miedo, porque el magistrado es alguien con poder sobre la vida de las personas".
Luciano Violante, ex magistrado antimafia y hoy presidente de la Cámara de Diputados, expresó así la desconfianza que la magistratura suscita entre los políticos: "Una parte de la clase política tiene la impresión de que algunos magistrados no se apoyan en la ley, sino en el consenso que merecen sus actuaciones. El magistrados basan sus carreras en su presencia en los medios de comunicación, y algunos periodistas hacen carrera con los procesos".
Las palabras de Violante, que proviene del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), indican el cambio que se está operando en un medio político que siempre se distinguió por su apoyo a las actuaciones de la magistratura. La derecha ha acusado al PDS de orientar la acción de los fiscales más activos, que en muchos casos simpatizan con la izquierda.
Esta evolución no podía pasarle inadvertida a Pier Camilo Davigo, uno de los fiscales más conocidos del grupo anticorrupción de Milán que ha protagonizado la operación Manos Limpias. Davigo dijo en el debate que los políticos tienen que entender que necesitan a la magistratura "si quieren evitar guerrillas". "Yo no me he sentido jamás un poder, si no el instrumento para que se apliquen las leyes que aprueban los políticos. Una Administración pública corrupta obedece al corruptor y vuelve inútil la política", dijo.
Davigo señaló que los magistrados se encuentran en peligro de "quedarse solos" precisamente cuando la lucha contra la corrupción, centrada ahora en los funcionarios, se vuelve más difícil.
Emma Marcegaglia, presidenta de los jóvenes empresarios, planteó, así el problema de la transición: "La política debe recuperar su primacía, si no queremos que Italia se parezca cada vez más a Rusia".
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