Simbólico

La visita de Jacques Chirac a Jerusalén dejará una imagen: los empujones en una callejuela en el barrio cristiano, cerca del Santo Sepulcro. En el barrullo, Chirac se enfrenta al servicio de orden impuesto por Israel. En ese instante el presidente no hace diplomacia. Es él mismo. ( ... ). Frente a los soldados, Chirac impone su presencia física más que el prestigio de su función. El incidente no es fortuito. Francia no reconoce la soberanía israelí en esos lugares, conquistados durante la Guerra de los Seis Días, en 1967.( ... ) El presidente quería ir en visita privada. Aceptar sin más la escolta israelí hubiese significado que reconocía la anexión de Jerusalén Este por Israel. Chirac sabe que una imagen vale más que mil discursos. Su enfado es altamente simbólico. En el mundo árabe ( ... ) habrán entendido el mensaje: en Jerusalén, Francia quiere que prevalezca el derecho. ( ... )La Ciudad Santa está hoy más que nunca en el centro del conflicto. ( ... ) La negociación sobre Jerusalén debería enmarcarse en las conversaciones sobre el estatuto definitivo de los territorios palestinos. El presidente estaba en el lugar adecuado en el momento oportuno. Chirac quiere que Francia cumpla su papel en Oriente Próximo, a mitad de camino entre palestinos e israelíes. El incidente puede incitar a Netanyahu a complicarle la labor. El primer ministro israelí intentará que Francia se quede sola con una política árabe.

, 23 de octubre