Major promete más mano dura contra el delito antes de las elecciones generales

Los partidos de oposición descalificaron ayer el programa legislativo para el último curso político antes de los próximos comicios generales presentado por el Gobierno conservador británico tildándolo de mero manifiesto electoral. Medidas- de ley y orden, junto a propuestas para un retroceso gradual a la educación selectiva constituyen la espina dorsal de un programa leído por la reina Isabel II en la solemne ceremonia con la que se inaugura cada otoño el curso parlamentario en el palacio de Westminster.Todo en la presentación del programa legislativo del Gobierno británico se ajusta magistralmente al guión. Desde el ceremonial real, con la vistosa cabalgata de la Reina tocada con corona y largo manto, hasta el ceremonial político. Isabel II leyó un texto escueto enunciando las nuevas leyes y medidas generales que se propone introducir su Gobierno, en el que hubo escasas sorpresas. La mayoría habían sido anunciadas hace poco más de una semana en el congreso del Partido Conservador. Laboristas y liberaldemócratas criticaron, sobre todo, la ausencia en el discurso de leyes prometidas por los tories para esta legislatura, en lo que ambos partidos ven una intención exclusivamente populista del Gobierno.

Registro de pederastas

Una de las leyes que la oposición echó en falta en el discurso de la Reina fue la referente al prometido registro de pederastas, un listado donde figuren todos los detenidos por delitos contra menores. Por la tarde, en la Cámara de los Comunes, el primer ministro, John Major, se apresuró a corregir el lapsus y aseguró con toda energía que habrá registro de pederastas en esta legislatura y una ley que permita encerrar a los acosadores, una figura que se ha hecho extraordinariamente popular en el Reino Unido. El líder del Partido Laborista, Tony Blair, se resistió a debatir el programa. "Todo el mundo sabe que a estas alturas deberíamos estar votando", dijo, "pero el Gobierno no se atreve a convocar unas elecciones". Aun así, la sensación general en la Cámara era de una cargada atmósfera electoral, con los dos principales partidos de oposición, laboristas y liberaldemócratas, intentando arrinconar al Gobierno en la, acaso, más populista de todas las propuestas de ley leídas por la Reina. Se trata del recientemente anunciado proyecto de ley para prohibir las armas de fuego, que excluye sólo las pistolas del calibre 22, que en todo caso deben permanecer en los clubes de tiro. Ayer, contra todo pronóstico, los liberaldemócratas se mostraron partidarios de apoyar las medidas más rigurosas de los laboristas que abogan por una prohibición total de las armas.Además del endurecimiento de las leyes penales, el Gobierno de Major se comprometió ayer a aumentar la capacidad de elección de los padres en materia escolar. Lo que el Gobierno ofrece es mayor libertad a las escuelas subvencionadas para elegir a sus alumnos, y más posibilidades a las escuelas estatales de romper con la dependencia de las autoridades locales e intentar otra vía de financiación. Además se otorgará más poderes a los profesores para utilizar medidas disciplinarias con los alumnos rebeldes