Hecho extraño

Sábado, 28 de septiembre, 18.20. Asisto a un hecho por demás extraño. El autobús (la línea 5 de la EMT) está repleto; hay gente con mochilas y una señora (monja, por más señas) con dos o tres maletones. El autobús se detiene en una de las paradas de Modesto Lafuente. Hay varias personas, y suben tres chavales de unos 14 ó 15 años con sus monopatines en la mano. El conductor los detiene y, groseramente, les prohíbe montar en el autobús por llevar los susodichos patinetes.Tras haber intentado denunciar este hecho en la EMT e ignorarme, quizá también por ser un adolescente, no me queda más remedio que denunciar tal hecho en EL PAÍS para que a los señores conductores y a los señores empleados de la EMT se les caiga la cara de vergüenza por maltratar a la juventud con esa prepotencia. Y lo hago porque no es la primera vez que me encuentro con esta marginación juvenil. Creo que es algo muy grave. ¿Porqué se nos echa en cara a la juventud que respetemos debidamente a la senectud y por qué ésta no respeta a aquélla? ¿Por qué la señora, monja, por más señas, sí puede llevar unas maletas que abultan tres veces más que un monopatín? ¿Por qué nos tratan groseramente, cuando nosotros vamos con cuidada educación? ¿Por qué la EMT no hace una criba para no seleccionar a seres tan incalificados, incalificables y descalificados como este conductor? Espero que ahora, a través de este medio, mi denuncia sea factible y se tomen medidas ante tanta injusticia al menos por parte de la EMT. Gracias.-