Ridruejo no se cree marginada por Álvarez Cascos
La directora general de RTVE, Mónica Ridruejo, aseguró ayer que no se siente "disminuida" por la intervención directa del vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, en la búsqueda de soluciones a la crisis financiera de RTVE y en el plan de futuro del ente. Mientras tanto, Diego Carcedo, miembro del Consejo de RTVE a propuesta del PSOE, consideraba la intervención de Álvarez Cascos como una operación para crear "un gran comisariado" del Gobierno en la radiotelevisión estatal.Ridruejo aseguró que ella se encuentra "en sintonía de ideas" con el Ejecutivo para la elaboración de un plan de salvación del ente público. Ridruejo, que compareció ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, enfatizó que el denominado Plan de Renovación de RTVE "lo estamos haciendo en la dirección general y el vicepresidente primero se encargará de ser quien coordine desde el Gobierno las actuaciones".
Tanto Mónica Ridruejo como el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, que había comparecido previamente ante la misma comisión, pusieron un especial interés en trasladar a los trabajadores un mensaje de calma, ante las informaciones que apuntan a una reducción del 25% de la plantilla de RTVE. Ridruejo hizo hincapié en que no existe ningún estudio que fije el número de trabajadores sobrantes.
La directora general puntualizó también que el endeudamiento de RTVE -que superará los 400.000 millones a finales de 1997- "es deuda garantizada por el Reino de España, con calificación AAA en el mercado internacional", una puntualización que contrasta con los argumentos filtrados para justificar la intervención del vicepresidente del Gobierno en RTVE, que aludían al riesgo de suspensión de pagos.
En su comparecencia en la Comisión de Presupuestos, a solicitud del PSOE e IU, Mónica Ridruejo aceptó que los presupuestos del ente crecerán un 1,9% en términos reales, pero resaltó que eso queda por debajo de la previsión de inflación.
A petición del PSOE y de IU compareció también Miguel Ángel Rodríguez para explicar el presupuesto de su departamento -1.784 millones, un 10% menos que en 1995, en términos reales-, pero ningún diputado socialista estuvo presente, lo cual provocó malestar en el Grupo Popular.
Fuentes del Grupo Socialista restaron importancia a lo sucedido, atribuyéndolo a una descoordinación.
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