Las Fuerzas Armadas se consideran en una "situación limite" de descapitalización

Las Fuerzas Armadas están en una "situación límite" de descapitalización y desgaste de material. Así lo manifestó ayer, en el Congreso, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el teniente general Santiago Valderas, que advirtió: "Es necesario despegar de ella si no se quiere ver amenazada nuestra operatividad". Según Valderas, los ejércitos han perdido, el 40% de su poder adquisitivo en los últimos diez años. El grupo parlamentario socialista considera que, con los presupuestos para 1997, el Gobierno no podrá cumplir los plazos marcados para alcanzar la profesionalización total de las fuerzas en el año 2001.

En su comparecencia ante la Comisión de Defensa de la Cámara, el teniente general Santiago Valderas matizó que, al menos, el presupuesto de su departamento para el próximo año, 869.991 millones de pesetas (el 57%, para los gastos de personal, y el 43%, para los de material), no es el peor de los posibles. Aunque suponga "un crecimiento cero", dijo, "pone freno a la constante erosión de años anteriores". A su vez, el secretario de Estado. Pedro Morenés, lo consideró "austero, riguroso y solidario" con el esfuerzo de restricciones que exige la convergencia con Maastricht.El jefe del Estado Mayor del Ejército, el teniente general José Faura, explicó que la situación del Ejército de Tierra está "muy lejos de lo deseable" y presenta "grandes carencias". También lamentó que "siempre que se piensa en la reducción de las Fuerzas Armadas se piense en la del Ejército de Tierra" y recordó que en los últimos dos lustros han disminuido en un 50% los cuadros de mandos y en un 30% la tropa a su cargo.

Para Faura, es imprescindible "un nuevo esfuerzo de la Administración para que este ejército pueda alcanzar en un plazo razonable de tiempo sus necesidades mínimas de armamento y material".

En ese sentido, Morenés reconoció que en el presupuesto de 1997 no se ha programado la compra de los carros de combate alemanes Leopard, pero lo justificó alegando que es preciso "un periodo de reflexión" para analizar la forma de que esta inversión, de entre 240.000 y 280.000 millones de pesetas, revierta en compensaciones a la industria defensiva española.

El almirante Juan José Romero, jefe del Estado Mayor de la Armada, puntualizó que, "a pesar de que los presupuestos de mantenimiento se estiran como la goma a punto de romperse", hay que hacer "verdaderas maravillas" para conseguir mantener los barcos en estado adecuado. "No se ha dejado de acudir a los compromisos internacionales", añadió, "pero se han dejado de hacer algunos ejercicios domésticos" por falta de medios. "Llegará el momento", anunció, "en que algún barco se quede sin salir al mar a la espera de que no lleguen los materiales".

Respecto a las cuatro fragatas F-100 que Defensa prevé construir mediante un acuerdo con Ministerio de Industria, Romero puntualizó que "la Armada pretende no pagar los barcos dos veces", en referencia a la falta de partidas para ello en los presupuestos.

El Jefe del Estado Mayor del Aire, el teniente general Ignacio Manuel Quintana, aludió a la necesidad "acuciante" de comprar dos aviones Hércules C-130 para completar la plantilla de estos aparatos, ya que los 12 actuales no son suficientes para efectuar las labores de transporte encomendadas. Asimismo, denunció el "envejecimiento del material" que padece la Fuerza Aérea y urgencia de 500 millones para gastos de asistencia técnica informática que "el Ejército del Aire no puede asumir".

Finalmente, Quintana pidió mil militares de carrera más para hacer frente a las diferentes misiones asumidas y aseguró que plena integración de España la OTAN supondrá que se precisen otros 400 de elevada capacitación.

El subsecretario de Defensa, Adolfo Menéndez, informó que una partida de 2.500 millones permitirá incrementar en 3.500 el contingente de soldados profesionales, pero admitió que en lo referente a la proyecta profesionalización de las Fuerzas Armadas "no es lo mismo predicar que dar trigo".