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Los excesos de la prensa británica pueden impulsar un código ético

Isabel Ferrer

Lord Wakeham, presidente de la Comisión Británica de Quejas a la Prensa (organismo en el que están representados todos los medios de comunicación del Reino Unido), advirtió ayer a todos los periódicos que los últimos excesos cometidos en la búsqueda de noticias sobre la familia real constituyen un abuso a su intimidad. Tampoco se justifican, según él, por el supuesto interés que despiertan entre el público. De seguir así las cosas, el actual código profesional de conducta, fundado en el buen criterio y la credibilidad de los propios medios de comunicación, "acabará convirtiéndose en una imposición legal", apuntó en uña carta remitida al matutino The Times.Mientras la amonestación de Lord Wakeham -a quien nombraron los periódicos- llegaba ayer a todos los diarios, sin excepción, Stuart Higgins, director de The Sun, seguía en la cuerda floja. Rupert Murdoch, propietario del diario sensacionalista, no descarta destituirle. Sobre todo, después de saberse que pudo haber pagado más de 20 millones de pesetas. por el falso vídeo donde unos actores imitaban a Diana de Gales y su ex amante, James Hewitt. Ambos se han reconocido satisfechos con las disculpas impresas por Higgins en la portada del rotativo. No le demandarán. La Comisión, de todos modos, analizará una queja sobre el particular elevada por un lector. Ahora se ha sabido, además, que la ya famosa cinta fue ofrecida primero a la revista Here, especializada en seguir a personajes famosos. Jane Ennis, su directora, la rechazó después de averiguar que había circulado sin éxito por Estados Unidos.

En su misiva, lord Walceham reconoce que los protagonistas de las noticias no suelen quejarse por temor a que sus familias sufran aún mayor acoso. "Ello no significa que el periódico tenga carta blanca para seguir entrometiéndose con la excusa de que sirven a sus lectores". Defensor a ultranza de la autorregulación en materia de ética periodística, lord Wakeham reconoce que no siempre es fácil estar a la altura de las circunstancias.

Al recordatorio de errores sonados desempolvado a raíz del timo a The Sun, se sumaba ayer el mismísimo monstruo del lago Ness. La conocida y única foto de la criatura emergiendo de las oscuras aguas del lago escocés también era falsa. Christian Spurling reconoció poco antes de morir que había ayudado a un amigo con un submarino de juguete para trucarla.

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