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La situacion en Chechenia y Afganistan crea inseguridad en las fronteras rusas

Pilar Bonet

Rusia no tiene reivindicaciones sobre otros países y rechaza cualquier reclamación sobre su territorio de sus vecinos en un documento sobre las bases de la política fronteriza, firmado por el presidente Borís Yeltsin. Su publicación coincide con un cierto clima de inseguridad sobre el futuro de la integridad nacional, provocado en parte tras los acuerdos del general Lébed con los independentistas chechenos. A esta inseguridad contribuye también la delicada situación en las fronteras asiáticas de la Comunidad de Estados Indépendientes (CEI) tras el avance de los talibanes en Afganistán.La política de fronteras de Rusia "está dirigida a asegurar la soberanía, la inviolabilidad e intergridad del territorio y la defensa de los intereses de la Federación Rusa en el espacio fronterizo", señala el documento. Éste constata que el mantenimiento de la "seguridad nacional y colectiva" en las fronteras de la CEI constituye un componente de la política fronteriza de Rusia.

Entre las amenazas principales a los intereses nacionales y de seguridad de Rusia en su espacio fronterizo, el documento menciona las reivindicaciones territoriales, el no haber acabado de formalizar todos los requisitos internacionales y legales de las fronteras estatales, las manifestaciones de nacionalismo, de separatismo étnico y regional, las contradicciones religiosas, la expansión económica y demográfica, el contrabando, la fuga de capitales y materias primas de importancia estratégica, los conflictos étnicos y los procesos migratorios forzados, así como los conflictos regionales en las cercanías de la frontera.

La Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento) solicitó ayer al Consejo de la Federación las actas de la sesión que la Cámara alta dedicó a Chechenia el martes, en ausencia del secretario del Consejo de Seguridad, Alexandr Lébed.

La sesión, donde el ministro del Interior, Anatoli Kulikov, se abstuvo de ataques personales a Lébed y se mostró más moderado que en anteriores ocasiones, concluyó con una declaración, en la que los acuerdos firmados por Lébed a finales de agosto son juzgados positivamente, pero no como una base legal para resolver el conflicto, sino como "un testimonio de la disposición de las partes" a resolver el problema.

La declaración afirma que Chechenia es parte inseparable del Estado ruso. El fiscal del Es tado, Yuri Skuratov, a su vez, afirmó que la amnistía a los se paratistas chechenos puede ser tratada por la Duma Estatal, en caso de que ésta lo desee. La Duma podría proceder como lo hizo con los adversarios de Borís Yeltsin, encarcelados tras la toma del Parlamento en octubre de 1993 y liberados en febrero de 1994.

Acoso a Lébed

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El protagonismo que los generales han adquirido durante la enfermedad de Yeltsin puede reforzarse en los próximos días. Alexandr Korzhakov, el ex jefe del servicio de seguridad del presidente, se dispone a dar su primera conferencia de prensa en Moscú esta semana, mientras abundan los indicios de que los enemigos políticos de Lébed podrían proceder a una "acción preventiva" con el fin de desacreditar una alianza de Lébed con Korzhakov, basada en la administración de los documentos comprometedores que éste dice tener contra allegados de Yeltsin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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