Los alcalaínos protestan por el aumento de cloro en el agua potable y las piscinas
El Ayuntamiento de Alcalá de Henares (166.925 habitantes) aumentó hace una semana la dosis de cloro del agua potable y las piscinas cubiertas, ya que la legionella -la bacteria a la que se atribuye el brote de neumonía que azotaa la ciudad- no tolera este desinfectante. Las protestas por el mal sabor del agua del grifo están en boca de todos. Por otro lado, un hombre de 75 años, que según el hospital Príncipe de Asturias tenía problemas previos de salud, falleció el martes a causa de una neumonía.
Su hijo manifestó a Telemadrid que, aunque su padre estaba delicado, había mejorado en los últimos meses. "No le tocaba", dijo, resumiendo su estado de ánimo. Su padre es la sexta persona que fallece por este brote.El número de afectados por el brote de neumonía asciende ya a 176. Los enfermos son, en su mayoría, residentes en la zona norte de Alcalá y superan los 60 años. El martes acudieron al servicio de urgencias del hospital complutense nueve afectados. Seis tuvieron que ser hospitalizados. En las camas del centro permanecen postradas 42 personas, que comparten con las autoridades sanitarias la inquietud por saber dónde está el foco del germen al que atribuyen su afección pulmonar.
La dosis de cloro (tres partes por millón) disuelta en las piscinas por recomendación de los servicios de salud de la Comunidad duplica la máxima permitida por su propia normativa general y puede causar irritaciones cutáneas y de mucosas. Los alcalaínos han acudido masivamente a comprar agua mineral. Saben que la del grifo se puede beber sin peligro, pero no soportan su sabor. La Federación Comarcal de Asociaciones de Vecinos pidió ayer que se cerrasen las piscinas.
Cierre por los niños
Ayer comenzaron los cursos de natación concertados con los colegios complutenses. La federación pidió al Ayuntamiento que los suspenda y devuelva el dinero a los padres. "El agua tiene demasiado cloro, y las instalaciones no reúnen condiciones higiénicas, porque las duchas y regueros [dos medios que la legionella puede utilizar para dispersarse] están apagados", argumentó su presidente, Julio Moreno.La edil de Sanidad, Elisa de Francisco (PP), anunció que no cerrará las piscinas, dejando la asistencia a los cursos a la elección de los padres, y que se les descontarán los días que no hayan ido. La federación de vecinos pidió ayer la dimisión de De Francisco. Consideran inconcebible que ésta lleve una semana sin contestar a sus llamadas. La edil aseguró que sólo la telefonearon una vez y no dijeron para qué, y atribuye las quejas a un "intento de politizar el problema".
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