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El FMI pide a los países industrializados que no bajen la guardia en la lucha contra la inflación

Victoria Carvajal

ENVIADA ESPECIALLa inflación de los países industrializados está en tasas históricamente bajas -2,4%- y las perspectivas de crecimiento de sus economías para 1997 son las mejores de los últimos años. Pero este halagüeño horizonte no debe provocar una relajación en la lucha contra la inflación, según advirtió el máximo órgano ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, el comité interino, tras su reunión de anteayer. El comité respaldé los esfuerzos de consolidación fiscal aplicados por los gobiernos europeos para alcanzar la unión monetaria.

Hay varias razones que sustentan las optimistas previsiones del comité interino del Fondo: el mayor equilibrio de los tipos de cambio, la reducción de los déficit fiscales, el mayor crecimiento del comercio y el buen resultado de la lucha contra la inflación. Sin embargo, la reciente decisión de la Reserva Federal, banco central estadounidense, de no subir sus tipos de interés pese a los síntomas de fortaleza de la economía ha provocado inquietud entre las autoridades financieras que participan en las reuniones del Fondo y el Banco Mundial."Las autoridades monetarias deben de estar alertas por si hace falta anticiparse a cualquier presión inflacionista", declaró el director gerente del FMI, Michel Camdessus, en una conferencia de prensa posterior a la reunión del comité interino.. "No hay que ser complacientes con respecto a la inflación ahora que está bajo control", advirtió.

El ministro alemán de Finanzas, Theo Waigel, comparte la opinión de Camdessus: "Aunque la inflación esté controlada en los países industrializados, no debemos concluir que la política monetaria puede relajarse y ser utilizada para otros fines", declaró ante el comité. En la mayoría de Europa, los tipos de interés a corto plazo han bajado de forma imparable, pero las autoridades monetarias soportan una fuerte presión para reducirlos aún más y compensar el efecto depresor que está teniendo en la actividad económica los recortes fiscales.

Unos recortes fiscales que, por otra parte, han ayudado a dar credibilidad al proyecto de unión monetaria (UEM). Los rigurosos presupuestos para 1997 presentados estos días por España e Italia con el objetivo de participar con el grupo de cabeza en la constitución del euro han dado rienda suelta a la especulación sobre cuántos países formarán la unión monetaria. A diferencia de pasadas reuniones, la UEM se considera un hecho. la esperada recuperación del crecimiento en la UE -el PIB aumentará un 1,6% este año y un 2,5% el que viene, según el FMI-, facilitará el camino. El comisario europeo de Asuntos Económicos, Yves-Thilbaut de Silguy, evitó pronunciarse sobre las posibilidades de España de estar en el grupo de cabeza, pero sí aseguró que los duros ajustes en marcha permitirán que la UEM esté formada por un número de países mayor de los siete u ocho que esperaba hasta ahora la Comisión.

El mejor síntoma de la credibilidad que está ganando el proyecto de unión monetaria europea es el repentino interés mostrado por los socios comerciales europeos, sobre todo de Estados Unidos, en el impacto que tendrá el euro en los mercados. "Quieren saber si una vez que el marco desaparezca, el euro será capaz de tener la misma credibilidad que el marco", señaló a un grupo de periodistas el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer. "De no ser así, se puede producir una huida masiva del capital hacia el dólar con fuertes consecuencias en los mercados de cambio", añadió, "nadie quiere que eso ocurra".

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