Un festival a fecha fija

Los organizadores del festival en Las Ventas a beneficio del diestro José María Plaza, han manifestado que sólo puede celebrarse el próximo día 20.No el domingo 27, fecha que tienen libre, pues -razonan los organizadores- dos días antes se casa Enrique Ponce, cuyo propósito es participar en el festival y además los otros espadas previstos, que asistirán a la boda, dos días después estarían cansados como consecuencia de la fiesta. Las cosas de la vida.

Ahora bien, el 20 de octubre la empresa de Las Ventas tiene el compromiso de celebrar festejo (una novillada) y no procede anularlo, por muy deseable que sea la celebración del festival.

El contrato suscrito con la Comunidad de Madrid -propietaria del coso- establece un principio y fin de temporada que no pueden ser reducidos. Y no sólo porque así obliga lo estipulado sino porque Las Ventas es plaza de temporada; se trata de mantenerla en su totalidad ofreciendo el espectáculo de la lidia con reses íntegras (las de los festivales son distinto asunto), a cargo de la baraja disponible de toreros, dentro de un calendario que ofrezca a la afición madrileña el más amplio conocimiento y disfrute de la fiesta.

La empresa venteña ha rechazado la solución propuesta por la Comunidad madrileña de trasladar esa novillada prevista para el día 20, al 27, pues lo considera fecha tardía contraria a sus intereses.

Este festival homenaje a José María Plaza, que quizá haya quedado inútil para torear como consecuencia de la cornada que sufrió a principio de 1995, debió celebrarse aquella temporada, pero los taurinos dieron preferencia a otro, y lo pospusieron a la presente. Y resulta que después de darle vueltas durante un año, sólo pueden montarlo para el día 20, cuando sabían, "desde siempre", que esa fecha ya estaba ocupada.

Consecuencia: que no hay solución.

Pero puede haber solución. Consistiría en que la empresa de la plaza accediera a trasladar la novillada del día 20 al 27, siguiendo la acertada sugerencia de la Comunidad, y el ente autonómico la compensara del lucro cesante eximiéndola del canon correspondiente a esa función.

La Comunidad no va a entrar en quiebra por dejar de percibir este dinero y además podría ser su contribución a un festival que no debe ni suspenderse, ni aplazarse; ni tampoco repercutir negativamente en la temporada madrileña.