Un estafador se acoge al "secreto profesional"
Los jugadores fulleros también tienen su secreto profesional. Eso fue lo que adujo Francisco Javier S. N. cuando se negó a facilitar a la policía los métodos de tahúr que empleaba para jugar al bacarrá y a la ruleta en el Casino de Torrelodones (10.080 habitantes).Además, el estafador jugaba con dinero ajeno. Invertía cantidades millonarias que recaudaba mediante anuncios breves en la prensa bajo la apariencia de tratarse de un negocio de alta rentabilidad. "Inversores, beneficios de hasta el 30%" ' rezaba el anuncio por palabras que aparecía en los diarios.
La policía descubrió que el tramposo empresario dirigía todo el dinero al Casino de Torrelodones. Con el negocio fraudulento engañó a un burgalés, que le entregó cinco millones de pesetas.
El tahúr facilitaba en el mismo anuncio de prensa un teléfono móvil. Un vecino de Burgos contactó con él durante el mes de abril. Según la policía, el embaucador le pidió dos millones de pesetas sin indicar cómo obtenía las ganancias. A Francisco Javier le llegó el dinero mediante una transferencia bancaria a una cuenta del BBV de Madrid, según informó la policía.
A las dos semanas el ciudadano burgalés recibió el interés acordado, 600.000 pesetas. Sin embargo, no le devolvieron los dos millones de pesetas. Pero vista la rentabilidad invirtió tres millones más. Pasaron dos meses y no volvió a tener noticias de su socio.
El pasado día 6 de septiembre se presentaba la denuncia contra Francisco Javier S. N. en la comisaría de Burgos.
Los agentes comprobaron que el falso empresario, vecino de Alcalá de Henares (166.000 habitantes), se jugó todo el dinero en el casino. Cuando fue detenido indicó que tenía un método infalible para ganar en el bacarrá. No obstante, reconoció que con la ruleta había perdido los cinco millones de pesetas del vecino de Burgos. Francisco Javier S. N. no quiso revelar sus astucias ya que, según él, pertenecen a su secreto profesional.
Según la Jefatura Superior de Policía, Francisco Javier carece de antecedentes policiales.
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