"La laicidad de la República" se manifiesta en la Bastilla
Hubo de todo en la manífestación contra Juan Pablo II: sensatas pancartas en favor de la laicidad estatal, encendidas consignas en favor de la libertad sexual y hasta gritos de apoyo a la apendicitis que aflige al Papa. Entre 5.000 y 10.000 personas marcharon ayer entre las plazas de la República y de la Bastilla, el eje revolucionario de París, para oponerse a una visita papal que ha encantado a parte de los franceses y ha molestado, en mayor o menor medida, a otro amplio sector de la población. La protesta parisiense, la última de una larga serie de manifestaciones celebradas en diversas ciudades francesas desde abril, había sido convocada por 67 organizaciones políticas, sindicales y cívicas bajo el lema "En defensa de la laicidad de la República".La manifestación comenzó a avanzar con más de una hora de retraso y sólo al final se hizo nutrida. En cabeza marchaban Alain Krivine (Liga Comunista Revolucionaria), Mouloud Actunit (Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos) y Fodé Sylla (SOS Racismo), seguidos mayoritariamente por jóvenes. Los manifestantes utilizaron unas declaraciones realizadas ayer mismo por el líder ultraderechista Jean-Marle Le Pen, felicitándose por el éxito de la visita de Juan Pablo Il y calificando de "antifranceses" a quienes se habían opuesto a ella, para relacionar al Papa con los movimientos más reaccionarios.
Algunos de los gritos coreados en la manifestación fueron simples insultos. Había gente, como la joven feminista Annick, que optaba por la condescendencia: "Prefiero pensar que se trata de un hombre anciano y enfermo, anclado en ideas de otra época". La misma joven señaló que se había sumado a la protesta para evitar que la visita de Juan Pablo II pareciera "un fenómeno de masas sin ninguna divergencia, como si Francia entera se echara a sus pies, como quieren dar a entender las televisiones".
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