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Los conservadores griegos explotan el filón nacionalista para intentar volver al poder

Si el partido conservador Nueva Democracia gana las elecciones de mañana deberá buena parte de su éxito a la habilidad de su líder, Miltíades Evert, para saber explotar los sentimientos nacionalistas del electorado griego. El incidente de Imia -un islote del este del Egeo que puso al borde de la guerra a Grecia y a Turquía el pasado enero, si no llega a mediar Estados Unidos- le ha servido de munición para acusar al primer ministro del socialista PASOK, Costas Simitis, de ceder a las provocaciones turcas y carecer de estatura política para defender los intereses nacionales griegos en el exterior.

ENVIADO ESPECIALAunque Simitis ha contestado afirmando que el país debe elegir entre "la estabilidad y el aventurerismo", Evert ha logrado colocar en el sprint final de la campaña el tema nacional en el centro del debate y ser seguido por los pequeños partidos de izquierda y derecha.Los asesores de Evert descubrieron un filón cuando Simitis, en el primero y único debate televisado entre ambos líderes de la historia electoral griega, celebrado el pasado día 13, culpó a las fuerzas armadas de no haber cumplido sus órdenes durante la crisis de Imia. Inmediatamente fue acusado de descargar sus responsabilidades en los militares y de obedecer a oscuros intereses extranjeros.

Días después, el almirante Christos Liberis, ex jefe de la Junta de Estado Mayor, rompió, su silencio desde que fuera relevado de su puesto tras el incidente del Egeo para decir que "los políticos que pretenden tener un papel dirigente en el país no pueden eludir sus responsabilidades" y amen azar con hacer nuevas "revelaciones" después de los comicios.

Evert, en su cierre de campaña, el jueves por la noche, llegó a decir que "no hay, precedente en la moderna historia de Grecia desde el desastre de Asia Menor [Esmirna, 1922 ] de que un territorio griego fuera, abandonado" y que "si se hubiera opuesto resistencia en enero no habría hoy más de 100 islas en disputa con Turquía".

La estrategia nacionalista de Evert responde, según fuentes diplomáticas y comentaristas políticos griegos, a la necesidad que tiene Nueva, Democracia, por un lado, de restarle votos al partido de derecha nacionalista Primavera Política, de Antonis Samaras, que cuenta actualmente con 10 diputados y al que las encuestas otorgan un 5%, y por otro, de favorecer que el electorado de izquierdas, en lugar de votar al PASOK, acuda al Movimiento Social Democrático (DIKKI) heredero del populismo nacionalista de Papandreu, o a la Coalición de Izquierda (Synapismós), de Nikos Constantopulos, a los que los sondeos atribuyen un 6% y un 4%, respectivamente.

Aunque suele ocurrir que el. principal tema que ocupa a los políticos en campaña electoral está en relación inversa con los intereses concretos del electorado, la mayoría de los griegos comparte la opinión de que su país vive la amenaza real y permanente de Turquía y siente que la ocupación por Ankara del norte de Chipre es una ofensa inaceptable.

Macedonia, que alcanzó la independencia en 1991 en el contexto del marasmo provocado por la crisis yugoslava, ha sido y sigue siendo desde entonces como un dolor de muelas para el pueblo griego. Aquí la corrección política obliga a llamar a este país Antigua República Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas en inglés). El candidato del PASOK por Salónica, Stereos Papathemelis, reflejaba el jueves claramente el sentir general: "No consentiremos que Kiro Gligorov [presidente de la FYROM] se crea el continuador 'de la dinastía de Filipo y Alejandro Magno".

Durante casi cuatro años Atenas impuso un embargo económico a esta joven República, resistiendo todas las presiones de sus socios europeos, hasta que, hace ahora justamente un año, se llegó a un acuerdo provisional en Nueva York por el cual la FYROM renunciaba a la bandera y otros símbolos considerados por Grecia como una usurpación de su pasado histórico.

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