Solana asegura que la OTAN no dejará a Bosnia abandonada
El secretario general de la OTAN, Javier Solana, dio ayer a entender con toda claridad que la Alianza Atlántica permanecerá en Bosnia más allá de las próximas Navidades, cuando oficialmente termina el mandato de lfor. Aunque reiteró varias veces que la decisión de prolongar o no el mandato de lfor no va a tomarse de forma inmediata, subrayó que "ni la comunidad internacional ni la OTAN abandonarán Bosnia". Tampoco quiso aclarar si el relevo del mando atlántico en Bosnia significa el inicio de una nueva misión para ser desarrollada a lo largo de 1997.Solana y el general Karl Naumann, jefes político y militar de la Alianza Atlántica, coincidieron en afirmar que las elecciones del pasado fin de semana han constituido un éxito, pero advirtieron que los comicios locales, que de momento no tienen fecha fija, provocarán muchas más tensiones y requerirán un esfuerzo de Ifor mucho mayor: "La llegada del invierno aumentará las dificultades en el movimiento de personas a lo largo de la frontera interétnica y estos movimientos serán mucho más numerosos que en las elecciones del sábado porque interesan más a la gente".' Naumann pronosticó muchos más conflictos porque "como ya se demostró en Mostar, los resultados no siempre son aceptados por todos".Buen Consejo Atlántico
El Consejo Atlántico ( los embajadores de los Dieciséis) se felicitó ayer de los avances realizados por el Comité Militar en el díseño de la nueva estructura militar integrada, informa Xavier Vidal-Folch. En especial, por el principio de acuerdo alcanzado sobre el nombramiento de un Saceur adjunto, un adjunto europeo al supremo mando aliado en Europa, que encabezará las operaciones sólo europeas de la OTAN.
La batalla sobre este asunto no está terminada, porque falta determinar las funciones exactas del mismo. Francia, por ejemplo, desea que sus competencias sean los más amplias posibles, tanto en tiempos de guerra como de paz.
Y aunque aún no se ha producido un debate a fondo sobre el asunto, Francia obtuvo el apoyo de varios países europeos, sobre todo de Italia (pero también de otros) a su propuesta de que también los dos (o en su caso, tres) mandos regionales de la Alianza -el llamado segundo nivel- recaigan en un militar europeo.
El embajador norteamericano, Robert Hunter, dio claras muestras de que no comparte este propósito. A Estados Unidos le preocupa sobre todo perder el control inmediato del cuartel de Nápoles, por su importancia geoestratégica y por su "presencia destacadísima" en él, a través de la VI Flota, y así lo dijo Hunter. Pero Francia y varios de sus aliados europeos insisten en que la nueva Identidad Europea de Defensa no puede limitarse al primer nivel de mando, sino que también debe "visualizarse" en el segundo nivel.
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