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El Gobierno aplaza la reducción de capital de ENDESA hasta 1997 para no depreciar su valor

Jesús Mota

El Gobierno cristaliza poco a poco sus decisiones sobre ENDESA. Por el momento, Industria ha aplazado, al menos hasta 1997, el procedimiento de reducción de capital de la empresa como sistema más adecuado de extraer recursos de la misma, según confirmaron fuentes autorizadas. El esquema que se maneja ahora como más fiable es realizar una serie de ventas de acciones en el mercado bursátil durante los próximos tres años, aproximadamente de un 15% del capital en cada ejercicio. Dos razones importantes justifican el aplazamiento de la reducción de capital: El Gobierno no requiere con urgencia una gran inyección de capital público durante el ejercicio de 1996, por una parte; y, por otra, cunde una preocupación razonable por los efectos negativos que pueda acarrear el manoseo excesivo de la empresa.

El Gobierno ha decidido finalmente aplazar la operación de reducción de capital que se pretendía aplicar sobre la compañía eléctrica pública ENDESA (Empresa Nacional de Electricidad), una fórmula que se consideró adecuada para extraer recursos de la compañía en tanto las autoridades energéticas definían y negociaban la nueva regulación del sector eléctrico.La decisión se ha adoptado por dos razones principales. La primera es que no se han requerido con urgencia inyecciones de dinero fresco, por parte de la Administración, para el ejercicio de 1996. La segunda es que tanto la Administración como los gestores de la empresa temen que el valor del grupo eléctrico se deprecie si se aplican demasiadas intervenciones financieras.

El esquema [cuasi] final de privatización de ENDESA incluye, como pieza fundamental, la aplicación de una serie de Ofertas Públicas de Venta (OPV) anuales para vender las acciones en el mercado. Cada una de ellas ofrecería entre el 10% y el 15% del capital y la primera se realizaría en el ejercicio de 1997. Según la última definición, no sería necesario vender al sector privado la totalidad del capital en manos del Estado, que es el 65,6% del total. La participación que controla el Estado está valorada, según precios de mercado, en 1,2 billones de pesetas.

La fórmula de reducir el capital se aplicará en el año 1997 en el caso de que, por estrategias empresariales, no sea posible diseñar una privatización en los primeros meses de 1997. Los analistas consideran que en el primer trimestre del año próximo se concentrarán en Europa gran número de privatizaciones y los inversores pueden ver saturadas sus carteras. En ese caso, el Gobierno aplicaría un sistema de reducción de capital -o equivalente, como reparto extraordinario de dividendos- a la espera de plantear de nuevo la operación en los últimos meses hábiles del ejercicio.

Otro de los obstáculos para proceder a la privatización de ENDESA desaparecerá dentro de dos meses como máximo, cuando el Gobierno tenga perfectamente definidas las grandes líneas de la nueva regulación del sector eléctrico. Ésta era la condición más importante esgrimida por el ministro de Industria, Josep Piqué -privatizar después de desregular- para vender las participaciones públicas en el sector eléctrico.

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