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El Rey dice en Hungría que la UE está incompleta sin las democracias ex comunistas

El Rey aprovechó ayer su primer discurso en un Parlamento de las democracias centroeuropeas nacidas tras la caída del telón de acero para lanzar un enérgico alegato europeísta. Don Juan Carlos eligió Hungría, que se está dejando la piel en su esfuerzo de aproximación a la Unión Europea (UE), para decir que, tras la crisis del comunismo, la UE "entendió que era su obligación moral incorporar a los países que recuperaban su libertad y sin los cuales el proyecto de Europa quedaría incompleto". En su segunda visita oficial a Budapest, defendió igualmente su integración en la OTAN para reforzar también "la identidad europea de defensa".

Don Juan Carlos se acogió al recuerdo de la transición española para hacer pedagogía política ante los diputados húngaros: "No resulta fácil pasar de un sistema totalitario a una sociedad basada en el pleno respeto de las libertades. Pero, en la medida en que la experiencia pueda servir de consejera, debo decirles que la sociedad española actual es completamente diferente a la de hace 20 años".Al evocar esa "compleja transición, que requirió a veces un sacrificado esfuerzo", el Monarca resaltó el valor del consenso de los partidos ante la nueva Europa y la necesidad de un cambio de mentalidad de "los principales protagonistas", los ciudadanos, a partir de la transparencia y la información: "No debemos olvidar que la integración no es sólo de Estados, sino básicamente de sociedades y ciudadanos, y que sólo desde el conocimiento, la convicción y la creencia en Europa podremos, entre todos, continuar avanzando en este proyecto común".

La primera jornada de estancia oficial de los Reyes en Budapest, adonde habían llegado la noche anterior, comenzó prácticamente con la intervención ante el pleno, reunido en sesión extraordinaria en el hemiciclo neogótico del Parlamento. Los diputados respondieron al discurso con un aplauso de un minuto y despidieron al Monarca puestos en pie.

"Europa está viviendo en este fin de siglo una aceleración de su historia", dijo el Rey, quien alentó a no desaprovechar la oportunidad histórica de conseguir la unidad mediante el consenso democrático. Tras recordar que cada ampliación de la comunidad ha sido "una refundación de Europa", don Juan Carlos desglosó los desafíos que deben afrontar los europeos: la moneda única, la creación de empleo, la preservación del medio ambiente y la solidaridad entre las regiones.

En su intervención ante los diputados y, posteriormente, en la cena de gala que le ofreció el presidente de Hungría, Arpád Göncz, el Rey garantizó el firme apoyo español a la integración de Hungría en la UE. Don Juan Carlos se refirió al "proceso de modernización, estabilización y privatización" que está conquistando en poco tiempo la confianza de los inversores extranjeros en la economía húngara.

Tras el discurso del Rey, compareció ante los periodistas el presidente de la república, el liberal Göncz, que convive con una jefatura del Gobierno a cargo de Gyula Horn, el líder de los socialistas (ex comunistas,integrados en la Internacional Socialista en el congreso de estos días en Nueva York).

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Góncz, escritor y traductor de 74 años, expresó su afecto hacia los Reyes y dijo que, "más que una visita de Estado, es un encuentro familiar". El presidente recordó que en seis meses se puede crear la arquitectura institucional de la democracia y en seis años el entramado de la economía de mercado. El problema, añadió, es lograr un "equilibrio macroeconómico", especialmente a causa del problema de la deuda. Göncz se refirió a don Juan Carlos como "un rey de amplio horizonte" y acogió su discurso ante los diputados "no sólo como la opinión del Rey, sino como un mensaje de la Unión Europea".

Tras el pleno, don Juan Carlos y doña Sofía almorzaron en privado con Görtz, hicieron una ofrenda floral en la plaza de los Héroes, recibieron las llaves de Budapest en el Ayuntamiento y departieron con la colonia española en la Embajada.

En el brindis de la cena de gala, don Juan Carlos destacó la necesidad de que la UE haga frente de forma unitaria al terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado.

También glosó la figura de Göncz, recordó su encarcelamiento durante la etapa comunista y elogió su "espíritu de superación" y "de firme creencia en los valores morales".

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