El Prado de las ideas

Paradójico fracaso de la arquitectura española y de su capacidad organizativa, ahora que han pasado apenas dos meses desde aquel exultante "morir de éxito" en un congreso mundial de triste memoria. Es la cruda constatación ante el hecho de que ni una sola de las quinientas y pico ideas de arquitectura, ofrecidas por la flor y nata de la profesión para la extensión del Museo del Prado, hayan conseguido aproximarse al acierto siquiera. Algo huele a circo en el milenario oficio de la arquitectura y su aplicación en España cuando de entre más de mil sufridos paganos dé una cantidad superior a la treintena de millones (a 30.000 pesetas por barba), un ministerio, en connivencia con la Unión Internacional de Arquitectos, consigue que "sólo 534" presenten una idea para la remodelación y extensión del Museo del Prado, y, además, esas 534 ideas apenas sirven para nada.Tamaña tomadura de pelo a los mil y pico paganos, a los 500 participantes en el ofertorio de ideas y a cuantos creen en la arquitectura sólo se entiende desde la frivolidad característica en la que se mueve la cosa pública, y a la brutal incompetencia sobre la que se desarrolla en España la obra de arquitectura. Esperemos que el fallo del tribunal no constituya una argucia para adjudicar a dedo el proyecto definitivo a nadie en concreto, y menos a la postura displicente y poco educada de un ilustre sir inglés. Pues para ambas cuestiones su tiempo ya ha pasado. Tampoco sería bueno para los poderes públicos, a estas alturas, actuar tomando la vieja idea ecléctica y de salomónica factura que, aunando todos los "fragmentos de ideas", ¡por fin!, haya conseguido el ministerio conocer qué es lo que más interesa al país en la cuestión de la pinacoteca. Difícil se pone ahora el buscar una salida lógica, aunque ya triste y tardía, frente a un fiasco y estafa a toda una profesión, y a todo el país, desde premisas de mediocre administración e incertidumbres de lesa cultura.-