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El PP defendió en 1994 conservar 'in situ' los restos de la 'plaza de, Oríente

El Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón (PP) firmó hace un mes el permiso definitivo para el derribo de los restos de la Casa del Tesoro (edificación de los siglos XVI y XVII adyacente al alcázar de los Austrias) descubiertos en las excavaciones de la plaza de Oriente. Pero cuando Ruiz-Gallardón hacía la oposición al socialista Leguina, el grupo parlamentario que presidía defendió todo lo contrario.Cuando el 13 de octubre de 1994 IU denunció en un pleno la posible destrucción de restos valiosos a causa de las obras, por el PP habló Juan Van-Halen, hoy presidente de la Asamblea y entonces portavoz de Cultura del PP. Defendió al Ayuntamiento, promotor de las obras y de su mismo partido. Van-Halen mantuvo que los restos valiosos que se encontrasen se tendrían que "incorporar al proyecto arquitectónico". Y para demostrar que era posible, puso ejemplos de otros lugares: "Usted sabe muy bien", le decía al diputado de IU, Javier Doz, "que en ciudades como Viena, o París, o por no salir del territorio nacional, en Cáceres, hay restos arqueológicos perfectamente incorporados al proyecto arquitectónico". Eso también debería ocurrir en Madrid, según advirtió Van-Halen, si se descubrieran piezas de valor arqueológico en la zona afectada. Citó en su intervención un informe técnico donde se concretaban los posibles hallazgos: "En la zona norte no hay ninguna relevancia arqueológica; en la zona sur existe la Casa del Tesoro, otros edificios, restos del Colegio de San Gil y murallas del siglo IX y XI".

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José Miguel Rueda, director regional de Patrimonio, declaró ayer durante casi dos hora y media ante el fiscal. Rueda defendió la corrección con que se habían llevado las excavaciones y explicó por qué los restos de la Casa del Tesoro habían sido demolidas. PASA A LA PÁGINA 3

Patrimonio despreció y el informe que pedía conservar los restos por ser "incoherente"

José Miguel Rueda, director regional de Patrimonio, explicó que "el último informe de Retuerce era incoherente con los suyos anteriores". Según Rueda, Manuel Retuerce dio, durante dos años consecutivos, el visto bueno a la demolición de todo lo que iba apareciendo en la plaza e Oriente, incluidos los restos e la Casa del Tesoro. "Jamás puso, un pero. Sin embargo, a última hora, cambió de opinión. Era un despropósito, porque ya no quedaba nada por conservar".De esta manera, Rueda justificaba el no haber tenido en cuenta el informe del codirector de las excavaciones de la plaza de Oriente, Manuel Retuerce, a la hora de decidir el futuro de los restos hallados en el subsuelo: la fachada de la Casa del Tesoro y el Jardín de la Reina (edificaciones de los siglos XVI y XVII adyacentes al desaparecido alcázar de los Austrias). Y es que Retuerce quería conservar in situ los estos encontrados, mientras que la otra codirectora, Esther Andreu, abogaba por su destruccón y por sólo el traslado de algunos restos "relevantes".

"Nadie dio credibilidad a la valoración de Retuerce porque conociamos las discrepancias profesionales de ambos arqueólogos. Estaban peleados porque Andreu había puenteado a Retuerce". (En realidad, Andreu había firmado un informe favorable a la demolición de los restos sin contar con su colega. Andreu lo justifica diciendo que lo tuvo que hacer porque Retuerce nunca iba por las excavaciones. El arqueólogo lo niega y asegura que él estaba catalogando los halazgos en un depósito municipal, tal y como acordaron ambos. Cuando Retuerce se enteró de la existencia del informe de Andreu, emitió otro completaente dispar).

José Miguel Rueda tuvo entonces que decidir ante las discrepacias de Manuel Retuerce y Esther Andreu, según la versión el director regional de Patrimonio. Ante la duda, Rueda pidió a los técnicos de Patrimonio que estudiasen los dos informes contradictorios. El 8 de agosto, Miguel Ángel García, jefe del servicio de inventarios y documentación de Patrimonio Histórico, terminó el estudio encargado por José

Miguel Rueda: García recomendaba "un control arqueológico exhaustivo del vaciado [es decir, derribar lo encontrado], con la recuperación de todos aquellos materiales constructivos de interés. En especial, los pertenecientes a la Casa del Tesoro". Y así se hizo.

Rueda decidió de esta manera el final de los últimos restos de la Casa del Tesoro y del Jardín de la Reina que habían aparecido en el subsuelo.

No obstante, siempre según la versión del director regional de Patrimonio, la Comunidad hizo un último intento por salvar los restos: un estudio de cómo integrarlos en el túnel y en el aparcamiento que en la plaza de Oriente está construyendo el Ayuntamiento de Madrid. "Era sarcástico dejarlos en el primer sótano de un aparcamiento, y más cuando no estaban totalmente descontextualizados, ya que durante dos años se habían destruido la mayoría de los muros encontrados y nadie se había opuesto", relata el responsable de Patrimonio de la Comunidad."Un despropósito"

José Miguel Rueda negó ayer que todo lo destruido -una parte se encuentra en un depósito del Ayuntamiento y otra en un vertedero de Vicálvaro- pueda ser reconstruido, tal y como ha propuesto Izquierda Unida. "Es ridículo y un despropósito. Sólo se puede recuperar la sillería: -la que guarda el Ayuntamiento-, y eso se hará a su tiempo".

Retuerce respondió ayer las aseveraciones de Rueda de la siguiente manera: "La fachada de la Casa del Tesoro derribada no tenía nada que ver con el resto del edificio. Su valor era notablemente mayor. Tenía jambas, dinteles.... Se pueden considerar la estructura de la Edad Moderna (siglos XVI y XVII) de más valor encontrada hasta el momento en los trabajos. Era la fachada más espectacular y de mayor contenido artístico de la Casa del Tesoro. Todo lo cual no es nada extraño, porque era adyacente al alcázar de Madrid y en el inicio del pasaje que unía el edificio con el palacio".

Por su parte, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Juan Barranco, manifestó ayer que la decisión del alcalde de convocar una comisión monográfica que estudie las obras de la plaza llega tarde. "Ya no tiene sentido después de que han sido arrasados todos los restos arqueológicos. Ahora es necesaria una comisión de investigación que estudie lo ocurrido y eleve su dictamen al pleno", comentó Barranco a Europa Press. "De todas formas", continuó, "acudiremos a la comisión por cortesía. Una vez allí expresaremos nuestra insatisfacción e insistiremos en la investigación de los hechos y en la celebración de un pleno extraordinario sobre las obras".

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