Identificación
Uno de los argumentos más cínicos que están esgrimiendo últimamente los defensores del ultraliberalismo económico es la identificación de esta ideología con la democracia, y de la de los que son partidarios de una intervención del Estado en la economía con la dictadura, en concreto con el franquismo. Por mi profesión de urbanista me toca especialmente esta argumentación cuando se refiere al tema del suelo y el urbanismo, tachando de franquistas a los que defendemos la intervención de la Administración pública en la ordenación urbana, tal como hacía Pedro Schwartz en su periódico el pasado día 24-8-1996.Al respecto quiero contestarle que cualquier persona preocupada por el tema que haya vivido los años sesenta-setenta en nuestro país y tenga un poco de memoria (y si no, basta recurrir a las hemerotecas y a la bibliografía) sabe que la época en que más ha reinado la desregulación y la libertad sin trabas para los propietarios y promotores inmobiliarios, en cuanto al uso del suelo y la edificación, ha sido la época de Franco. Ausencia de planes generales o incumplimiento generalizado de ellos, urbanizaciones sin planteamiento ninguno, ausencia de zonas verdes y de dotaciones mínimas en los polígonos de viviendas, destrucción de nuestras costas y nuestro patrimonio natural e histórico por la urbanización indiscriminada, creación de polígonos aislados e incomunicados que se convertían en auténticos guetos, fue ron el denominador común del urbanismo de la época de Franco.
Después de dos décadas de ayuntamientos democráticos en que se ha intentado modificar esta situación de especulación y destrucción de nuestro territorio (¡ahí les duele!), ¿no es la vuelta a un pasado ya conocido lo que están pidiendo los apóstoles de la libertad de mercado sin trabas? No nos dejemos engañar, el ultraliberalismo económico y las dictaduras siempre han hecho buenas migas, y, para comprobarlo, a los españoles no. nos hace falta recurrir a los ejemplares de cualquier país del Tercer Mundo (Chile, Arabia Saudí, Zaire ... ), nos basta con acordarnos de la época de Franco.-
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