La tesis de Móner
El recurso de queja contra la negativa del instructor Eduardo Móner a tramitar la apelación es el primer problema al que se enfrentarán los 11 magistradós de la Sala Segunda y de cuya resolución depende que, el pronunciamiento sobre la eventual citación de Felipe González se conozca hoy o se aplace más de un mes.La negativa de Móner a tramitar la apelación se deriva de que, para este magistrado, la apelación sólo es admisible cuando se da una relación jerárquica de subordinación entre un juez. instructor y un tribunal ordinario, de forma que la decisión del tribunal es vinculante para el juez.
Pero este supuesto, según Móner, no se da en las causas especiales contra aforados en el Tribunal Supremo, debido a que el magistrado instructor pertenece a la propia Sala Segunda y actúa por delegación de ésta, por lo que, a su entender, no se da esa relación jerárquica.
El instructor considera que entre él y la Sala Segunda sólo cabría tramitar aquellas apelaciones en las que se ventilen situaciones que afecten a derechos fundamentales como, por ejemplo, la prisión de un recurrente.
Ante la negativa de Móner a tramitar la apelación, la acusación popular del caso GAL presentó un recurso de queja ante la sala. La diferencia entre un recurso y otro radica en que la apelación se celebra "con vista", en la que los abogados de las partes informan ante el pleno de los magistrados constituido en tribunal. En el recurso de queja, las partes tienen menor participación, ya que se celebra "sin vista" y se limita a una deliberación de los magistrados antes de la resolución.
El tribunal también tendrá que pronunciarse sobre si llama a declarar al ex vicepresidente del Gobierno Narcís Serra y a José María Benegas, y otros dos recursos de queja de Rafael Vera por la negativa a que declaren jueces franceses.
