Ambiente de gran euforia entre los miles de delegados demócratas

Con el presidente Bill Clinton explotando a fondo la retórica ferroviaria electoral, la Convención de Chicago se dedicó ayer más a las emociones que a la política. En un ambiente entusiasta y triunfalista, ante más de 4.000 delegados que representan con mucha más fidelidad que los asistentes a la Convención de San Diego (la celebra da por los republicanos) la diversidad cultural y racial del país, los diferentes oradores afirmaron las conquistas de los últimos cuatro años y marcaron agresivamente las distancias con los republicanos. Cuándo cayó la noche y después de la intervención del actor Edward J. Olmos, los aplausos se mezclaron con las lágrimas para recibir a Alma Arrington Brown, la viuda del secretario de Comercio, Ron Brown, muerto en accidente aéreo en Croacia hace 5 meses. Un vídeo sobre Brown y la actuación en directo del saxofonista Kenny G, uno de sus músicos preferidos, completaron el homenaje al dirigente desaparecido. En representación de los "héroes ámericanos", la lista de oradores incluyó a Mike Robbins, un policía modelo de Chicago; Todd Clancy, trabajador del sector del automóvil; Marilyn Concepcion, del Cuerpo de Paz, y Sarah Brady, la mujer del secretario de Prensa de Ronald Reagan herido en la cabeza. Estaba previsto que a las 10 de la noche (5 de la madrugada en España) cerrara la jornada Christopher Reeve, el actor que interpretó el papel de Superman, en silla de ruedas desde que se partió el cuello en mayo de 1995 al caerse de su caballo. El actor, activista en favor de diversas causas "liberales" antes del accidente, se ha convertido en portavoz de los problemas de los minusválidos.