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Clinton propone no vender armas a personas envueltas en violencia familiar

Antonio Caño

Efusivo y alegre, Bill Clinton le ha dado un aire triunfalista a su campaña. Todo sonreía al presidente de Estados Unidos cuando su tren entró en Ohio. En Chicago comenzó anoche la Convención Demócrata justo cuando las encuestas confirmaban su ventaja sobre Bob Dole y el diario conservador The Wall Street Journal admitía que tiene una "oportunidad histórica" de ser el primer presidente demócrata reelegido desde Franklin Roosevelt. En medio de la euforia, Clinton anunció ayer nuevas medidas contra el crimen, la preocupación número uno, según los sondeos. El presidente propuso no vender armas a personas implicadas en actos violentos dentro del hogar.

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"Estamos en la buena vía hacia el siglo XXI. Ésta es la primera Administración desde la guerra civil que conoce cuatro años consecutivos de reducción del déficit fiscal", dijo Clinton en su cuarto discurso en menos de 24 horas. A lo largo de la jornada todavía le esperaban multitudinarios recibimientos en Arlington, Bowling, Green y Lime City, ciudades del Estado de Ohio.Durante su parada en Columbus, la capital de Ohio, Clinton acudió a la academia de policía para anunciar la más importante de las iniciativas previstas en el recorrido ferroviario que empezó el domingo en Virginia Occidental y acaba mañana: la prohibición de la venta de armas de fuego a las personas envueltas en casos de violencia familiar.

Esta medida no sólo está dirigida a calmar los temores de la clase media de este país, que se siente más amenazada que nunca por la delincuencia, pese a que el porcentaje de delitos ha disminuido en los últimos años, sino también a asegurar el respaldo del voto de las mujeres, que son las víctimas principales de la violencia doméstica y que pueden tener una influencia decisiva en las elecciones del próximo 5 de noviembre. "La violencia doméstica es una de las principales lacras a las que tiene que hacer frente la policía", dijo Clinton.

El anuncio hecho ayer por Clinton supone una ampliación de la ley sobre la prohibición de la venta de armas automáticas de asalto, que fue aprobada en 1994 cuando los demócratas controlaban todavía el Congreso- y que, según un estudio, ha evitado que más de 100.000 fusiles y ametralladoras estén circulando por las calles. Esa ley llevá el nombre de James Brady, el funcionario de la Casa Blanca herido en atentado en 1981 contra el entonces presidente Ronald Reagan. La esposa de Brady, una de las principales activistas por el desarme, tenía previsto hablar anoche en la apertura de la Convención Demócrata.

Bill Clinton aseguró que la presencia masiva de pistolas y fusiles en las ciudades de Estados Unidos, incluso en manos de miles de menores de edad, constituye un peligro contra el que es obligatorio luchar "a pesar de la resistencia de la Asociación Nacional del Rifle", el poderoso lobby de las armas de fuego. "La ley Brady ha funcionado, ha servido para hacer este país más seguro... Ahora tenemos que ampliar su horizonte. Ayúdenme a que América siga siendo libre", manifestó el presidente.Presentada junto a jóvenes y veteranos policías de uniforme, esta nueva iniciativa contra el crimen, un asunto tradicionalmente explotado por el Partido Republicano, pretende morder en el electorado conservador en favor de Clinton

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Encuestas favorables

El presidente quiere dejar prácticamente resuelta esta campaña tras la convención de Chicago. Antes incluso de que empezara esa reunión, dos encuestas dadas a conocer ayer -una de la cadena CNN y otra de la ABC coincidían en darle a Clinton 12 puntos de ventaja sobre su rival republicano. Esa distancia puede aumentar aún al final de esta semana, y después no habrá muchas oportunidades más de reducirla. El diario conservador The Wall Street Journal, uno de los que con más consistencia y persistencia ha criticado la labor del actual inquilino de la Casa Blanca, afirmaba ayer en un reportaje que el presidente dispone de "buenas posibilidades" de ser reelegido, y anticipaba que un segundo mandato de Bill Clinton no tendría la orientación izquierdista de sus primeros años, sino que sería centrista y estaría destinado a eliminar el déficit público.

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