Fátima Miranda: "El circuito artístico español lleva 15 años de retraso"
La cantante utiliza técnicas multifónicas en su último disco, 'Concierto en canto'
La cantante Fátima Miranda, una de las personalidades más insólitas y originales del movimiento alternativo español de las artes, desarrolla en su disco Concierto en canto técnicas multifónicas fruto de sus estudios en París o la India. Intérprete que ha desarrollado su trabajo al margen de lo que ella llama "la mafia cultural reinante" considera que en España se siguen programando "valores consagrados que ya tenían que haber sido invitados hace 15 o 20 años (como ocurrió con John Cage, Philip Glass, Reich, Laurie Anderson o Meredith Monk)".
Miranda disfruta ahora de una beca de la Deutscher Akademischer Austauschdienst, que la convierte en artista residente en Berlín (una condición que también tuvieron, entre otros, compositores como Luis de Pablo o John Cage). Asidua a los festivales alternativos más importantes de Europa, se queja de la cultura "de relumbrón" que existe en España cuando se compara este país con otros del entorno. "No se trata de llenar estadios de deportes como Pavarotti para que los gobiernos estén satisfechos con la cultura musical de su país", afirma, "se trata de que exista una auténtica política cultural capaz de mostrar y descubrir valores, lenguajes y artistas vivos de tendencias diversas".Eso no ocurre en España, añade Miranda, porque los programadores son incapaces de arriesgarse. Este circuito está copado, añade, "por modernos que se dedican a picar, copiar y viajar aquí y allá, programando nombres ya consagrados que han roto moldes tiempo atrás, no cuando están en plena efervescencia creadora. Lo que sucede en España es lamentable. Yo doy gracias porque me llaman del extranjero, pero hay muchos artistas con cosas importantes que decir cuya obra no puede verse en circuitos dignos debido a la mafia cultural reinante"
La ruptura sigue
La artista está convencida de que la cultura no es una sola, sino plural, "y frente a la tesis de que ya se acabó la experimentación, la ruptura y las vanguardias, yo mantengo otra y la defiendo porque la vivo. Y aunque España es bastante provinciana en este sentido, y existen muy pocos circuitos que se arriesguen a programar a gente como yo, eso no significa que tales circuitos no existan".Fátima Miranda continúa en su nuevo disco con sus experimentaciones de la voz. Ella insiste en la recuperación del grito y la función presintáctica del lenguaje en un sentido antropológico. "Me refiero a antiguas prácticas vocales que cumplían una función orgánica o desinhibidora o comunicativa, una forma de ligar lo trascendente a lo terreno: las letanías, las murgas, los irrintxis, las arbórbolas, los cantos de ciertos rituales y celebraciones colectivas y catárticas. Todo esto le venía estupendamente a la gente para desahogarse, relajarse, meditar o animarse para la lucha o la fiesta".
Desde el punto de vista físico y también psicológico, Fátima Miranda considera evidente, y lo lamenta, que en la actualidad la gente, salvo excepciones, no conserva estas prácticas ni canta en familia o entre amigos. "Éste es un síntoma como otros muchos de enfermedad social", dice.
Miranda, cuya versatilidad vocal la llevó en una etapa a ofrecer conciertos imitando los cantos de las ballenas, participó en los años ochenta en grupos de improvisación musical y poesía sonora como el Taller de Música Mundana. Respecto a su anterior espectáculo grabado en disco, Las voces de la voz, considera que Concierto en canto tiene mayor gancho para escucharse como música, sin el apoyo del escenario. "Esto hace que este trabajo pueda llegar a un público más amplio, y no solo a la elite ligada a la performance-art, la voz experimental, la música contemporánea o los oyentes preocupados por el lado trascendental de la voz".
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