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Sanidad ha cambiado ya a los gerentes de los hospitales emblemáticos del Insalud

El equipo de Romay dice que no hay revanchismo, sino ganas de infundir ánimos

El goteo de ceses en los hospitales del Insalud continúa. De los directores provinciales anteriores al Gobierno del PP no queda ninguno y en cuanto a los gerentes han sido sustituidos los de los hospitales considerados emblemáticos. Sólo siete gerentes conservan la plaza y 23 han sido ya destituídos. El resto están pendientes de valoración. El proceso de cambio culminará, según el director general de Atención Primaria y Especializada Rafael Matesanz, "a finales de septiembre". Para el PSOE, este baile de plazas, es "aberrante" y supone el "desmantelamiento de la administración".

El espíritu del cambio ha afectado en su totalidad a los directores provinciales del Insalud de las 10 autonomías controladas por este organismo y a los gerentes de los hospitales emblemáticos. En Madrid, han cambiado de cara el Doce de Octubre, el Ramón y Cajal, y el Clínico de San Carlos, entre otros; Virgen de la Arrixaca en Murcia; el Hospital Central de Asturias; y en Zaragoza los hospitales Miguel Servet y el Clínico. De los grandes hospitales quedan pendientes La Paz de Madrid, el Universitario de Salamanca y el Marqués de Valdecilla en Santander. Sólo tres gerentes de grandes hospitales -Son Dureta de Palma de Mallorca, Puerta de Hierro de Madrid y el Central de Asturias han sido confirmados."Hay un cambio importante [en los ceses] pero no hay revanchismo", asegura Matesanz, "aunque sí se trata de infundir ánimos con cambios, tanto de gobierno como de gestión". Según este criterio, considera lógico que los directores provinciales, que son puestos de confianza, cambien y, de hecho, salvo en los hospitales de Valladolid y León, pendientes del trámite, todos han sido cesados.

Puestos técnicos

Para defender la sustitución de la mayoría de los gerente -que no son cargos políticos- de los grandes hospitales del Insalud, Matesanz echa mano de criterios técnicos. "El gerente debe ser un puesto técnico y de gestión en donde hay que valorar los rendimientos, la actividad del hospital y el grado de cumplimiento del contrato-programa". Con un plus añadido de carácter personal: un gerente que tenga "conexión con los profesionales sanitarios", es decir, que no se lleve a matar con el personal sanitario.E insiste en zanjar la sospecha de que los ceses son políticos, reconociendo la compatibilidad de una buena gestión con una adscripción política. Su prueba es que, asegura, entre los nuevos gerentes "los hay de todas los tintes".

Pero el perfil del gerente hospitalario del PP incluye mo dificaciones respecto a los ante riores. "Más participativo que hasta ahora", concreta Mate sanz, "que no se encierre en su despacho, que era una queja bastante común que teníamos, que otorgue mayor autonomía a los servicios para que pueda pedir mayores responsabilidades y que admita una mayor participación de los profesionales". Para ello, como novedad, el director general de Atención Primaria ha propuesto al gerente consultar a la Comisión Mixta de la Junta Técnico Asistencia los nombramientos de director médico de Atención Especializada y Primaria.

El PSOE no se ha andado por las ramas a la hora de colocar epítetos a la política de nombramientos en el Insalud por parte del PP. "Es aberrante aplicar criterios políticos a puestos administrativos" y es 11 una vuelta atrás al poner todo patas arriba", ha dicho el miembro de la ejecutiva del PSOE y encargado de asuntos sanitarios Alejandro Cercas. Aplicando un criterio benevolente, Cercas opina que al PP le da igual la administración, pero si va más lejos asegura que no sólo es "una política revanchista de deshacer todo lo anterior, sino una ocupación de poder absolutamente sectaria". Confiesa la preocupación del PSOE porque "lo público no funciona" y porque los cambios de caras, "están destrozando la capacidad de gerencia hospitalaria como ocurre en las empresas públicas". Cercas echa en cara al PP la incongruencia respecto a sus promesas electorales: profesionalizar la vida pública y dialogar con la oposición.

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